PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Madre, yo al oro me humillo,

Él es mi amante y mi amado,

Pues de puro enamorado

Anda continuo amarillo.

Que pues doblón o sencillo

Hace todo cuanto quiero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Conocimos estos versos de Francisco de Quevedo en las lecturas obligadas del colegio, aunque ciertamente entendimos su mensaje de forma clara cuando Paco Ibáñez les puso música y nos los cantó de forma traicionera entre un A Galopar y un Palabras para Julia. A algunos nos quedó la moraleja grabada en la piel y nos dispusimos a no vendernos por dinero por más alto que nos pusieran el precio. Pero ¡¡¡Aaaaay!!! qué tuno es don dinero, a veces por más que te escondas te sigue y persigue hasta el catre y ¡ahí te pillé! a ver quien se le resiste, ¡vade retro satanás!.

Entonces hay que tener unas convicciones sólidas para no sucumbir a la tentación del becerro de oro, o ser muy cobardica y no atreverse a meterse en berengenales. A mí no sé si lo que me ocurre es esto, o es que no tengo precio, el caso es que, bueno, creo, para que vamos a andar con falsas modestias, que aprecio mucho más la libertad de ser quien soy que lo que pudieran darme si me vendo. Claro que tampoco nadie ha venido a ofrecerme la posibilidad de hacerme rica descalificando terrenos, aunque estoy segura de que me despreciaría tanto que prefiero seguir siendo pobre, pase lo que pase. A lo mejor es que soy como la zorra que cuando no alcanzaba a coger las uvas decía que estaban verdes y no le apetecía comerlas.

En cualquier caso, quiero dejar bien claro que, aunque soy, creo, o me siento, socialista, o seguramente es precisamente por eso, me indigna que un alcalde socialista se venda como un sicario cualquiera. Confio en que pueda demostrar lo contrario cuando se lleve a cabo el juicio y si no lo hiciera, que cuente con todo mi pesar por el triste papel que desempeña porque, de ser ciertos los cargos, el daño que hace a la sociedad es gravísimo. Se supone que los gobernantes socialistas están para defender a los ciudadanos y no para hacerse ricos con el cargo.

Sr. Antonio Barrientos, espero que demuestre usted su inocencia porque lo contrario sería un duro revés para la democracia de este país. Espero asimismo que sean imputados todos quienes hayan colaborado en tan triste campaña, sean del partido que sean. Yo seguiré siendo socialista pero denunciaré y repudiaré a todos los políticos corruptos por muy socialistas que pretendan ser.