Como últimamente me he metido con las religiones, siempre respetando a quien respeta, por supuesto, es de justicia que hoy haga referencia a un artículo aparecido en El País bajo el título "Católicos de base recogen firmas en favor de un Estado más laico". Eso sí es sentir una creencia con sinceridad, creo.
Redes Cristianas es una plataforma formada por colectivos católicos que han entendido el mensaje de su profeta y han enviado un manifiesto al gobierno en el que exponen su postura y abogan por abolir el concordato que (parece mentira pero es verdad) todavía existe en España entre el Estado y la Iglesia Católica. Según Redes Cristianas, esos acuerdos son "el principal obstáculo a la separación entre ambas instituciones y que están generando gran malestar entre amplios sectores tanto católicos como civiles". Denuncian el concordato firmado hace 30 años en Roma y exigen que las entidades dependientes de la Iglesia se acojan al derecho civil que regula la vida asociativa en el Estado. A mí me parece totalmente lógico y digno lo que esta plataforma expone, ¿por qué otras personas que se consideran seguidoras de los evangelios no aceptan eliminar unos privilegios que no les corresponden? Según las personas que conforman estas Redes Cristianas "la Iglesia sólo será libre cuando esté clara y definitivamente desligada del Estado y se ponga decididamente al servicio de los pobres y excluidos de este mundo". Además, urgen al gobierno "a que asuma responsablemente el espirítu constitucional que exige la emancipación de todo confesionalismo religioso" y exigen a la jerarquía católica que "oyendo a las bases creyentes, se libere de toda ambición de poder y tome en serio aquella exigencia de Jesús: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".
No pediré formar parte de esas Redes Cristianas porque soy atea convencida, pero desde aquí quiero manifestarles mi más sincero respeto por su actitud valiente y honesta.
1 comentario:
Aquests catòlics que recullen firmes deuen ser dels convençuts que creuen de veritat allò que practiquen. Els altres, els que no volen renunciar de cap de les maneres als seu possibles privilegis, i que a més voldrien incloure’ns a tots en el seu nacional-catolisme, tant si vols com si no vols, són més aviat una colla de fonamentalistes que practiquen una religió molt particular que es la que una part molt important dels dirigents, prediquen.
Em sembla que això es aplicable a totes les religions.
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