31/8/09
Vuelta al cole
Acabo de leer el blog de Azul y pide perdón a quienes sí tienen razones para estar tristes porque ella cree estarlo sin motivo.
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En una de las salidas que hice este verano, se entabló una discusión con amigos en la que, como casi siempre, me quedé sola respecto a las depresiones y las actitudes de las personas que caen en ellas. Ah, si tuviéramos el remedio, ah, los misterios de la mente que al parecer son inexcrutables, ah, nadie sabe qué haría hasta que no se encuentra en esta o aquella situación, etc...
Estoy de acuerdo. Nadie sabe cómo actuaría antes de darse de bruces con lo que sea que hace que una se deprima. Mis amigos dirán: vaya, ahora resulta que nos darás la razón después de haber discutido tanto. Pues... sí y no. Sí estoy de acuerdo con que nadie sabe qué haría hasta que se encuentra con ello, sí estoy de acuerdo en que todos no somos iguales y cada cual le planta cara a la vida como puede, o no se la planta. No, no estoy de acuerdo en que la actitud ante la vida no sea determinante y la preocupación por quienes te rodean no sea un aliciente para evitar caer al pozo.
Por supuesto Azul tiene todo el derecho de sentirse triste cuando le plazca, aunque yo le aconsejo que lo evite siempre que pueda porque las arrugas de la risa son más alegres (claro) que las del llanto. Y ni siquiera tiene porqué pedir perdón a nadie, faltaría más. Sí que hay personas que tienen motivos de peso para sentirse tristes, pero eso no legitima a nadie para tener el derecho exclusivo para la tristeza.
Yo me sentía bien. He pasado unas buenas vacaciones y, aunque me duelen las tristezas de los amigos que realmente tienen motivo para que les cueste la risa, he procurado disfrutar lo más posible de amigos y familiares, porque son las relaciones con otros seres humanos y no otra cosa lo que nos hace crecer como personas y disfrutar de la sal de la tierra. Todo lo demás, vestidos nuevos, coche nuevo, grandes viajes, recepciones con grandes honores, etc., etc... son pecata minuta y no sirven para ser felices. Pueden alimentar el ego pero desde luego no alimentan el alma, y ahora ha llegado la hora de la verdad. Nada más volver he tenido que pasar por interminables controles médicos y resulta que me han detectado un nódulo en el único pecho que me queda. Hay que joderse, con la cantidad de gente que hay por ahí... La primera reacción es la rabia, ¿por qué yo otra vez? La segunda es la sensatez, te han dicho probablemente benigno, aunque claro, teniendo en cuenta que la otra vez te dijeron benigno con seguridad y salió lo que salió, pues como que no hay mucho motivo para fiarse ¿no? Y finalmente reaccionas con tranquilidad y te dices a ti misma, vamos a ver Julieta, en primer lugar no adelantes acontecimientos, no hagas como los que quieren protestar antes de conocer las sentencias. Tómate las cosas con calma, procura disfrutar de estos días en que, a pesar de todo, te encuentras estupendamente y cuando te den el veredicto ya hablaremos.
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De todos modos, sea el veredicto benigno o maligno, intentaré seguir siendo la misma y seguir disfrutando de y con mis amigos y familia durante el tiempo que nos quede. Y para animarme a mí misma y animaros a todos, os dejo una foto que me hicieron el otro día en los bosques del Bergadà, entre Alpens y Borredà. ¿A que es chula la foto? Pues eso, vamos a seguir tirando pa lante que este otoño se presenta calentito y hay mucho que hacer.
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23/8/09
Ja soc aquí
7/8/09
Vaig i torno
5/8/09
Lubna Ahmed Hussein
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espacio blanco
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Tengo un buen amigo que me critica (crítica constructiva por supuesto) porque hago demasiado uso de las noticias de la prensa para mis artículos en el blog, que debiera escribir más sobre otros temas con mayor profundidad, contenido político y todo eso. Y sí, seguramente tiene razón. De hecho él sí escribe sobre temas de gran envergadura y profundizando, a veces hasta tal punto que algunos de quienes le envían comentarios empiezan diciendo "no me he leído tu artículo entero, pero...", que dices ¿por qué opinas entonces si no te has leído el artículo? Y es que opinan porque suele escribir sobre temas que realmente suscitan el interés de muchos, aunque algunos de esos muchos tengan mucho interés en los temas pero poca fuerza de voluntad para profundizar en ellos.
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Aun considerando que Jose tiene razón, lo que me ocurre es que muchas veces, cuando leo la prensa con avidez para enterarme (a veces teniendo que leer entre líneas) qué está ocurriendo en mi pequeño, querido y perdido planeta, me encuentro con noticias que me impactan en plena cara como si un puño invisible pero contundente surgiera de repente de la página escrita o de la pantalla del ordenador y me arreara un puñetazo de esos que hacen que se te estremezca el cerebro. Entonces no puedo evitar hablar del tema en este blog porque son temas que me indignan tanto que tengo la necesidad de compartir la rabia para poder digerirla. Cierto es que a veces las noticias que me impactan son positivas, pero desgraciadamente no es lo cotidiano.
«Recibir los latigazos, dice Lubna Ahmed, no es solo algo doloroso, sino un insulto a los humanos, a las mujeres y a las religiones».«Si algunos se apropian de la sharia para flagelar a las mujeres por sus vestimentas, que me muestren los pasajes del Corán que lo estipulan. Yo no los encuentro»
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4/8/09
LAS TRECE ROSAS
Mañana se cumplen 70 años de uno de los capítulos más ignominiosos del régimen de Franco, el asesinato a sangre fría de trece mujeres que no pudieron ser acusadas más que de ser rojas, porque en su corta vida no hicieron absolutamente nada que hiciera legítima su estancia en la cárcel, por supuesto mucho menos que fuesen condenadas a morir fusiladas ante la tapia de un cementerio.
Las "Trece Rosas" fueron:
Carmen Barrero Aguero (20 años, modista)
Martina Barroso García (24 años, modista)
Blanca Brisac Vázquez (29 años, pianista)
Pilar Bueno Ibáñez (27 años, modista)
Julia Conesa Conesa (19 años, modista)
Adelina García Casillas (19 años)
Elena Gil Olaya (20 años)
Virtudes González García (18 años, modista)
Ana López Gallego (21 años, modista)
Joaquina López Laffite (23 años)
Dionisia Manzanero Salas (20 años, modista)
Victoria Muñoz García (18 años)
Luisa Rodriguez de la Fuente (18 años, sastra)
Las trece mujeres sufrieron todo tipo de torturas y humillaciones hasta la madrugada del 5 de agosto, cuando fueron recogidas y llevadas en un camión hasta el cementerio de La Almudena de Madrid, donde fueron salvajemente tiroteadas hasta la muerte. Fueron condenadas a la pena máxima por un Consejo de Guerra, acusadas por un delito de “adhesión a la rebelión”.
Una de ellas, Julia Conesa Conesa, escribió una carta a su familia pocas horas antes de morir: “ Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar”. Una carta que Julia concluye pidiendo un último deseo: “Que mi nombre no se borre en la historia”.
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Aunque en esta información que he encontrado dicen que Julia Conesa Conesa tenía 19 años, hay quienes dicen que no había cumplido los 16. ¿Qué importa, acaso hay mucha diferencia entre asesinar a una muchacha inocente de dieciséis años o de diecinueve? Lo que sí importa es que mantegamos viva la llama de su memoria y la de todas sus compañeras. De hecho, es obligación de toda persona de buena voluntad no olvidar jamás a las víctimas del terrorismo de estado que ejerció el régimen franquista desde su imposición hasta su, demasiado tardía, desaparición, pero en este caso concreto, ella nos lo pidió "Que mi nombre no se borre en la historia" y yo, mientras tenga capacidad para la memoria, mantendré muy vivo el recuerdo de cuanto sé de su corta pero valiosa historia.
¡¡¡VIVAN POR SIEMPRE LAS TRECE ROSAS!!!
¡¡¡CONDENA ETERNA A LOS ASESINOS DE MUJERES, NIÑOS Y POETAS!!!