18/9/12


Carta del rey a España:

No soy el primero y con seguridad no seré el último entre los españoles que piensa que en la difícil coyuntura económica, política y también social que atravesamos es imprescindible que interioricemos dos cosas fundamentales.
La primera es que solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. Estamos en un momento decisivo para el futuro de Europa y de España y para asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar. En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia. Son, por el contrario, los más adecuados para la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido.

La segunda es que, desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en particular en nuestra Transición Democrática: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general, la renuncia a la verdad en exclusiva.
Son esos los valores de una sociedad sana y viva, la sociedad que queremos ser y en la que queremos estar para superar entre todos las dificultades que hoy vivimos".


Carta de España al rey:

Sí, no será usted el primero ni el último en darse cuenta de que las cosas están mal, muy mal.
¿Superaremos las dificultades caminando juntos hacia dónde, Majestad? Estamos en un momento decisivo, es cierto, pero el bienestar del que habla lo conseguimos nosotros, los trabajadores, con nuestro empeño, nuestra lucha y nuestro esfuerzo. De arruinarlo es de lo que se encargan ustedes, manteniendo una casa real que es a todas luces innecesaria y demasiado costosa, dando cobijo a delincuentes de todo pelaje que se han llevado y se están llevando todas las riquezas de España al exterior, protegiendo a una iglesia arcaica, clasista, represora y en muchos casos tapadera de depravación. ¿Le parece a usted que son quimeras decir basta ya a tanta injusticia? ¿Le parece que ahondamos en las heridas cuando salimos a la calle a defender los derechos que nos están arrebatando impunemente  los poderosos de España, de los que su Majestad forma parte? Sí, sí son tiempos para escudriñar en las esencias porque de esencias estamos hechos y nadie tiene derecho a robarnos la identidad. Y sí, sí hay que debatir si son galgos o podencos porque ustedes son quienes amenazan nuestro modelo de convivencia.  Estamos de acuerdo, en eso sí, de que son momentos para la acción decidida y conjunta de la sociedad en defensa del modelo democrático y social que logramos conquistar con nuestro esfuerzo y que ahora nos lo están ustedes robando, Majestad. Precisamente por eso no nos cansamos de salir a la calle y gritar nuestra indignación.

¿La unión y la concordia? ¿La unión y la concordia con quién, con quienes pretenden cobrar seis mil euros por un parto con complicaciones a una mujer que no tiene nada de nada? ¿Con quienes tratan a estudiantes, trabajadores, personal sanitario, bomberos, profesorado, etc., como a delincuentes mientras a los ladrones de grandes fortunas se les ofrece una amnistía fiscal? ¿con quienes roban la paga extra a los trabajadores mientras dan indemnizaciones millonarias a individuos que han hundido la banca y con ella a toda la sociedad? ¿con militares rancios que se permiten insultar a los pueblos y amenazarlos? No, majestad, mientras se sigan cometiendo graves atropellos contra todos los pueblos de España, mientras el Estado Español sea incapaz de reconocer a sus diferentes pueblos y respetarlos, mientras nos sigan gobernando individuos que tienen temas pendientes con la justicia, mientras personas muy allegadas a su graciosa Majestad sigan aprovechándose de ese privilegio y roben sin escrúpulos en nombre de ONG’s  sin que le pase nada de nada, mientras a una mujer sin recursos se le hace un juicio rápido (para eso sí que es ágil la justicia) por comprar comida con una tarjeta sin fondos por valor de 240 €, cuando todos los encausados en la trama Gürtel, los Millet y Montull, Urdangarin, y tantas tramas que siguen dando vueltas por los juzgados sin que nadie sea capaz de impartir justicia (hasta ahora lo único que sí supieron hacer es cargarse al único juez dispuesto a aclarar las cosas), mientras todo eso siga pasando y su Majestad se dedica a matar elefantes y a pegar a su chofer, haga usted el favor de no pedirnos unión y concordia y mucho menos hablarnos de valores  de una sociedad sana y viva, porque nosotros sí queremos una sociedad con valores, sana y viva, pero ustedes la están matando.