A propósito del burka

Me gusta el cuerpo humano. Creo que es de una belleza sublime. Todo el cuerpo humano es hermoso, los pies, las piernas, el sexo, las caderas, el abdomen, el tórax, los pechos de las mujeres, los brazos, el cuello, la cabeza… y lo que más, el rostro y las manos. Creo en aquello de que el rostro es el espejo del alma y añado que los ojos son su pura esencia. El alma nos envia sus mensajes por los ojos y salen por la boca. Una mirada y una sonrisa dicen más de una persona que toda su biografía. Y a través de la manos, el cuerpo trata de expresarnos el lenguaje al que no alcanzan las palabras.

Los cuerpos desnudos de cualquier indumentaria son la expresión más sincera que puede alcanzar el ser humano. Todo aquello que lo cubra, por hermoso que sea, trata de apartarnos de nuestra propia naturaleza. Así lo entendieron los naturistas y así lo entiendo yo aunque no practique el nudismo por dos razones, la primera porque soy animal gregario y trato de mantener un comportamiento que no me aparte de la manada, y la segunda, no por más superficial menos importante, seguro que producto de mi formación cultural, porque me encanta cubrirme con ropas bonitas, aunque seguramente el concepto que tengo de bonito no concuerde con todo el mundo.

Y todo esto que digo, que a muchos y a muchas os podrá parecer una sarta de tonterías, aunque estoy segura de que también habrá quien me comprenda e incluso comparta mis sentimientos, es para decir que, lo pinten como lo pinten, lo justifiquen como lo justifiquen, no puedo entender que se esté planteando en nuestra sociedad la posible o no recomendable prohibición del uso del burka en lugares públicos. Porque no estamos hablando de una indumentaria determinada, estamos hablando de unas “costumbres” que niegan la categoría de seres humanos a las mujeres sometidas a ellas.

No es bello

No es humano

No es digno

No es higiénico

No es libertad

No es igualdad

No es respetuoso

En definitiva, es un auténtico insulto a la mujer y no debe ser tolerado en una sociedad supuestamente defensora de la igualdad entre hombres y mujeres. No me sirve que digan que son motivos religiosos, también fueron supuestos motivos religiosos los que llevaron al científico Giordano Bruno y a tantos y tantos seres humanos inocentes a la hoguera, y no por eso lo consideramos justificado. También es por motivos religiosos que muchas madres someten a sus hijas pequeñas a la horrible mutilación que supone la ablación, y no por eso tratamos de justificarlo. También son motivos supuestamente religiosos los que llevan a muchas sectas a someter a sus seguidores a prácticas ofensivas y son perseguidas por la ley. Tampoco me sirve que digan que es mejor no prohibir para evitar un efecto multiplicador, sé que la comparación es odiosa y pido perdón de antemano pero, sería como decir que no se prohiba el crimen para evitar su proliferación.

En España, además de estar supuestamente acogidos a la Declarción Universal de los Derechos Humanos, tenemos una Constitución en la que no es necesario que se especifique la prohibición del burka para entender que se trata de una práctica anticonstitucional porque el burka es un mensaje que deja claro a toda la sociedad que la mujer que lo lleva no es una ciudadana libre, que está siendo sometida por los machos del clan para que el resto de machos tengan claro que esa mujer es una propiedad privada encerrada tras una mordaza de tela para que nadie tenga derecho a verla, ni ella tenga derecho a ser vista. Solo se me ocurre otro estado vejatorio para la mujer que puede compararse a este: las monjas de clausura, que tampoco entiendo que sigan existiendo en la España democrática.

Esta es mi humilde opinión respecto al uso del burka. Entiéndase bien que no hablo de ningún otro tipo de indumentaria que aquí sí que no entro a opinar porque cada cual es muy libre de vestir como quiera, siempre que se le pueda mirar a los ojos y se pueda ver su sonrisa. Sinceramente, no he encontrado ni un solo argumento a favor del uso de esa, a mi parecer, ignominiosa prenda. Si alguien tiene alguno, agradeceré que me lo de a conocer.

Y por último, un llamamiento a nuestros gobernantes:

Señores gobernantes de todos los países democráticos, los emigrantes, desgraciadamente, todavía no votan, así que no hay necesidad de darles la razón a cambio de votos. En el caso del burka, NO LA TIENEN. Y el día que voten, que espero sea pronto, deberemos haber solucionado el problema con anterioridad, de lo contrario podremos llegar e encontrarnos con que los imanes lleguen al gobierno y nos obliguen a todas las mujeres a ocultar nuestra humanidad y nuestra dignidad bajo el burka.

Os dejo con unas cuantas imágenes en las que se puede apreciar la diferencia abismal que hay entre los rostros desnudos y los rostros escondidos.


 
 
 

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