Anoche soñé con el hada* de las bicicletas. Me dijo, No debes tener tan mal carácter, hay que ser paciente y esperar que llegue tu momento. Yo le contesté, Sí, ya, pero es que una tiene una edad ¿sabes? y si tengo que esperar veinte años, aunque veinte años no sean nada, pues como que igual ya no llego a tiempo. ¡Ay, mi hijita, me dijo entre risas, que exigentes os habéis vuelto las abuelitas!, con lo tranquilas que estábais antes zurciendo calcetines. Ya, ya, puede que tengas razón, le dije, pero ¿sabes?, hace un montón de años que trabajo, lo sigo haciendo y pagando religiosamente todos mis gastos y todos mis impuestos, así que algún derechillo debo tener ¿no? ¡Claro mi amor!, me dijo viendo que no le iba a ser fácil librarse de mí, Mira, mañana mismo te arreglo lo de las bicicletas. ¿Seguro?, le insistí algo desconfiada y pesada, todo hay que decirlo. Mira, me dijo con una voz dulce y serena, ¿ves esta estrella que brilla en la punta de mis dedos? ¡Sííííííí! dije admirando la grácil belleza de aquel ser supremo que volaba hacia el cielo con su magnifíca bicicleta, una sonrisa encisadora y seguro que pensando, Jo, qué pesadita se pone la abuela con lo de las bicicletas. Sin embargo, muy profesional en eso de los encantamientos, me dijo, Pues sigue mirándola y cuando te despiertes tendrás tu bicicleta.¡¡¡ERA VERDAD!!! Esta mañana, camino del metro por mi poca confianza en encontrar bicicletas disponibles, me he encontrado de morros con un chico guapísimo que reponía bicicletas en la estación de Horta. ¡Qué maravilla! ¿estaré todavía durmiendo? pensé. Pues no. Acerqué mi tarjeta a la máquina tímidamente y va esta y me dice, la cinco (ni siquiera la trece como el otro día). Cojo mi bici, le miro las ruedas, ni un pinchazo, le pongo el sillín a la altura. Bueno el sillín fallaba un poco pero ¿qué queréis?, nadie es perfecto, como le dijo el poli a Jack Lemon en "Con faldas y a lo loco". Le sonrio al muchacho que me mira con indiferencia y me largo rauda y veloz cap a la feina. He tenido que parar un par de veces para arreglar lo del sillín que no acababa de quedarse en su sitio, pero da igual, lo cierto es que me he sentido feliz pedaleando por mi querida Barcelona con ¡UNA BICICLETA DEL BICINGPUNTOCOM DE LA ESTACIÓN DE HORTA!
Solo un pero. Jo, siempre tienen que haber peros. Hoy no he madrugado mucho. Ayer tuve que quedarme hasta más tarde en el trabajo y hoy tenía permiso para llegar más tarde, por eso he podido venir en bici, porque si hubiera pasado por la estación de bicis a las ocho u ocho y cuarto que es cuando normalmente paso, no habría encontrado bicis, ya que el hermoso muchacho con su magnífica furgoneta llena de bicis las estaba reponiendo a las nueve menos cuarto de la mañana y, claro, a esa hora la inmensa mayoría de quienes trabajamos ya se ha tenido que ir a buscar el metro. Así que, agradezco inmensamente algo que debiera ser la normalidad, o sea que se repongan las bicis en la estación del bicingpuntocom de Horta, pero POR FAVOR, un poquito más temprano para que los currantes podamos ir a trabajar en bici. ¡GRACIAS!
*Que cosa tan extraña esto del lenguaje: las hadas es femenino, como las propias hadas de hecho, sin embargo el hada es masculino ¿? Y luego se escandalizan porque alguien diga las miembras...
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