2/1/10

La luna en el mar


Hemos empezado el año con luna llena. No sé si es buen augurio o no. De momento nos han subido el tren (un 6%), la luz (un 2,6%) y no sé cuántas cosas más, ah, y el IVA pal segundo semestre. Habrá que optimizar los desplazamientos a Barcelona, aunque a aquellos que deban acudir al trabajo cada día no creo que les permitan hacerlo. Mire jefe, como me han subido el precio del tren, pues qué le parece si en vez de bajar cada día hago como las enfermeras, que trabajo cuarenta y ocho horas seguidas y hago dos días de fiesta. Es que por la noche los clientes duermen, les contestará el jefe. Claro, tiene usted razón, por la noche los clientes son de otro tipo y no sé yo si cambiar de profesión a estas alturas... Y no se lo pierdan, lo nuestro es chungo pero lo de Madrid que les han subido el transporte público un 21,6%... Y encima ni tienen playa, ni han ganao ná esta temporada, hay que joderse. En fin, no sé, me imagino que no hay más remedio porque desde luego la fórmula mágica de la derecha de cobrar menos impuestos y dar más prestaciones, ni es posible ni por supuesto la aplican ellos cuando están en el poder, ¿o es que Doña Aguirre se ha vuelto de izquierdas? Pero en cualquier caso, joder sí jode que suban tanto los precios cuando los salarios deben mantenerse en el IPC.

Vaya, y yo que quería empezar el año con optimismo y alegría... Y ya no te cuento si dejamos de mirarnos el ombligo y alzamos la vista. Dantesco es el panorama en Oriente Próximo, Oriente Medio y el Lejano Oriente. Hay que ver con los Orientes qué difícil nos lo están poniendo. ¿Alguien sabe cómo acabar con todo esto? Porque opiniones las hay para todos los gustos, razones creen tenerlas todos los bandos, justificaciones y repartición de culpas siguen bastante empatados, pero mientras, las bombas van cayendo, los cuerpos de inocentes siguen rebentando y no parece que alguien tenga una solución para tanta barbarie y tanta injusticia. Qué lejos parece haber quedado la alegría de las seis copas con la cantidad de metralla que está cayendo. No, no hay que desmoralizarse. Al fin y al cabo, a pesar de las subidas de precios, hay que reconocer que por lo menos se hacen esfuerzos para mantener las ayudas sociales a los más desfavorecidos, que el día que vuelva a ganar la derecha, veréis a dónde irán a parar las prestaciones sociales que tenemos y que tan poco valoramos, como la enseñanza pública gratuita (la derecha se preocupa mucho más en favorecer la privada para mantener las distancias sociales), la sanidad universal (la derecha es más proclive a privatizar y que quien tenga que lo pague y quien no..., bueno, hay que ahorrar en pensiones, deben pensar). No, no hay que desmoralizarse. Hay que seguir adelante y superar esta dichosa crisis que fabricó la derecha y ahora nos quieren hacer creer que la fabricaron los otros. Ahora eso sí, si les seguimos dando cancha ellos seguirán en el partido y no habrá manera de salir de esta espiral económica del abuso y la sinrazón. Claro que ¿quién tiene la varita mágica que logre hacerlos desaparecer sin arrugarse el traje? Y aun cuando eso fuese posible ¿tenemos todo el colectivo las cosas tan claras como para saber administrar los restos sin reproducir los egoísmos y los abusos que nos trajeron hasta aquí? ¡¡Buffff!! Vamos a dejarlo que me estoy mareando.

Pero eso sí, siempre me quedará el mar ante los ojos, que tanta alegría da verlo a pleno sol como embravecido por las mareas o plateado por la luna en la oscuridad.

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2 comentarios:

Fernando dijo...

Siempre, Julia, nos quedará el mar y el sol y la luna y París y una sonrisa de un niño y una flor y una... Todo pasará pero siempre nos quedarán los recuerdos. Todavía no ha nacido nadie que nos los pueda quitar o cobrarnos por ellos, pero ¡ojo! todo llegará.

Recuerdo una frase contada por el nada ejemplar Mario Conde. Cuando entró por primera vez en la cárcel, un recluso le dijo: "De aquí se sale, Sr. Conde".

Todo pasará, de aquí todos saldremos, Julia; estos golfos de ahora pasarán y quedaremos libres de sus garras y pecados, aunque volverán a venir otros iguales, peores o quien sabe, puede que hasta mejores. Pero mientras tanto, NADIE, de momento, nos puede quitar nuestros recuerdos y nuestros sueños y eso ya es mucho para poder seguir viviendo en este mundo.

Un abrazo.

Julia dijo...

Gracias Fernando. Sabía que me entenderías. Sí señor, de esta también saldremos.

Un abrazo.