12/1/10

Jueces, esos seres tan "sabios"



La condena dictada por el juez Rodríguez Fernández impone para Anido e Irago un año y nueve meses de privación de libertad, inhabilitación profesional durante el mismo periodo de tiempo y multas de más de 130.000 euros. El juez consideró al director de la SER y a su jefe de Informativos, respectivamente, culpables de un delito de revelación de secretos, al publicar la web de la emisora un listado con el nombre de 78 militantes afiliados irregularmente al PP en Villaviciosa de Odón (Madrid), una maniobra que fue impulsada por dos constructores vinculados con el tamayazo. Así se conoce el episodio protagonizado en junio de 2003 por el ex diputado socialista de la Asamblea de Madrid Eduardo Tamayo y su compañera María Teresa Sáez, cuya ausencia impidió que el candidato socialista Rafael Simancas fuera investido como presidente de la Comunidad de Madrid.
(El País, 12-1-2010)

¿¿¿¿Eign????

Desde luego no tengo la inteligencia de un juez, porque no alcanzo a entender estas paradojas. ¿Me están diciendo que toda la trama de corrupción del caso Gürtel (en el que al parecer ya aparecen hasta fotocopias del carnet de identidad de Rajoy) sigue "su curso" en lugar de meterlos a todos en la cárcel por chorizos, que en el caso Millet, ni siquiera se han planteado la posibilidad de que los culpables, confesos ya, vayan a la cárcel y sin embargo al juez Rodríguez Fernández no le tiembla la mano a la hora de condenar con penas de cárcel a dos periodistas que no hacían más que realizar su trabajo? No, no lo entiendo, francamente. Obviamente no todos los jueces son iguales, sin embargo, de ser juez, yo ya estaría en la calle pidiendo la dimisión de esos elementos arcaicos que siguen actuando como se hacía en el "régimen", como si nada hubiera cambiado y van manchando el buen nombre (o no) de la justicia. Ah, y de paso para darles un empujoncito a los del TC para que se larguen los que siguen fuera de plazo y resuelvan de una vez el sofisticado entramado que se han montado con nuestro Estatut y que les viene dando de comer (de comer y más cosas porque esos no cobran el salario mínimo) desde hace tres años. ¡TRES AÑOS! para dictar una sentencia que sigue en el limbo, mientras que el juez Rodríguez Fernández tarda TRES MINUTOS en enviar a la cárcel a dos periodistas por ejercer su derecho a la libertad de expresión. ¡Por dios qué país! ¿Cuándo aprenderemos a valorar a las personas por su honradez en lugar de por su poder y a respetarlas por su condición y no por su rango? Y puestos a decir sandeces, siempre me pareció poco de fiar un gremio que sigue vistiendo como si fueran sacerdotes (ahora también hay sacerdotisas) de una secta.
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2 comentarios:

MARI dijo...

Julia, nos guste o no, estamos obligados por la Constitución a respetar y acatar, las sentencias del Poder Judicial.

Tienes razón, hay mucha gente fuera de la cárcel, que nos parece que deberían estar dentro, tienen buenos abogados y quizas sepan demasiado,la sensación general, me parece muy injusta, cuantos inocentes sin medios, estan dentro.

Saludos

Julia dijo...

Mari, a mí sí me gusta acatar las sentencias según indica la Constitución, el problema es que a la Constitución le pasa lo que a algunas religione, que hay quien la interpreta a su conveniencia y, claro, así no vale.

En cuanto a quienes están o no en la cárcel, volvemos a lo mismo, parece ser que los abogados y los jueces también tienen el don de la interpretación e interpretan más o menos a tu favor según la tarifa que pagas. Y eso tampoco vale.

Debe ser verdad eso de que la justicia es ciega. De todo modos tampoco dramatizaré porque es cierto que son más los aciertos que los errores, lo que ocurre es que los errores hacen mucho más ruido.