Me voy a Madrid dentro de un rato y al parecer este es el Madrid que me voy a encontrar. ¡Qué frrrrrrío dios mío! ¿Qué no hará una madre por su niño, jejejeje? De todos modos, me apetece mucho este viaje y no solo por ver a mi niño, que por supuesto es el motivo principal, sino también porque tengo muy buenos amigos en Madrid y me gusta contactar con ellos. Les quiero y sé que me quieren y son, además, la muestra viviente de que todo eso de los enfrentamientos entre los pueblos se lo inventan algunos políticos mezquinos que le dan a la sinhueso sin ningún tipo de pudor o dignidad y no paran hasta lograr despertar los sentimientos más ruines en las personas que se dejan llevar por sus malditos cantos de sirena. Porque en realidad, y esto me lo demuestran mis amigos cada vez que voy a verlos y me lo demuestran la mayoría de las gentes que me encuentro por las calles de Madrid, ni ellos tienen nada contra nosotros ni nosotros contra ellos. Los únicos que tienen motivos para mantener viva la llama de la discordia son aquellos que abogan por el desentendimiento entre los pueblos para debilitarlos y así continuar dominándolos. Nadie que sea honrado y buena persona puede estar a favor de crear diferencias y rencillas entre los ciudadanos de aquí o de allá. La mayoría de los madrileños, como la mayoría de los catalanes, son gente corriente que solo desea vivir y dejar vivir. Vamos, como casi todo el mundo en todo el planeta.
Bueno, si sobrevivo a estas bajas temperaturas, ya os contaré como me fue cuando vuelva.
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