24/1/10

Obama en la calle


"Da gusto estar fuera de Washington, hay buena gente allí, pero a veces te vuelven loco, te descentran".

Tienes razón, tío, lo bien que se está fuera de los centros de poder, en la calle, con la gente. Pudiendo decir lo que se te antoje en vez de mantenerte tieso y procurando decir siempre lo que es políticamente correcto. Al conseller Huguet también le pasa, solo que él no tiene, ni por asomo, la simpatía y el carisma que tienes tú, a él lo que le va es la chafardería y la descalificación personal. Qué le vamos a hacer, cada uno es como es y tiene sus propias limitaciones. Luego tenemos al Josemari Aznar, aquél al que echaron y dice que se fue, que se pasa la vida repitiendo como un loro que todos le suplican que vuelva, cuando en realidad sus propios colegas de partido y de faes ponen los ojos en blanco y tuercen el gesto con fastidio cuando saben que está a punto de llegar, pues a ese le gusta ir diciendo por ahí que a él nadie le va a decir qué o cuánto puede beber antes de conducir. Chulo que es el muchacho.

Falta te hace distraerte un poco después de los varapalos que te están dando, de los que algunos periodistas sacan tajada para publicar sus grandes creaciones literarias, como Antonio Caño de El País que, ante tu necesidad de dejar en suspenso los grandes proyectos para dar prioridad a las medidas económicas que puedan calmar a la gente angustiada por la pérdida de su trabajo, titula su artículo "Obama abandona su agenda de cambios." Es normal, es lo que suelen hacer los oportunistas, subirse al carro cuando marcha viento en popa a toda vela y largarse raudos y veloces en cuanto el cacharro da señales de tener dificultades para arrancar. Yo seguiré creyendo en ti y en tus palabras: "No llegué a este cargo para huir de las dificultades, llegué para reconstruir nuestra economía, para crear empleos y para ayudar a las familias". Y seguiré creyendo en tus buenas intenciones aun sabiendo que es bastante probable que no te dejen avanzar y puede que tan siquiera te permitan salir impune de esta. Mientras tanto me encantaría tomarme un par de cervezas contigo pero ya veo que en el país más libre del mundo pocas mujeres comparten tertulia con los hombres en el bar. Puede que, a pesar de todo, aquí no estemos tan mal...
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