Federico García Lorca describió a una mujer apasionadamente enamorada que bordó la bandera republicana por amor a su amante y a la libertad. La obra de teatro termina con Mariana llevada a la muerte al tiempo que un campaneo vivo y solemne invade la escena, y un coro de niños empieza, lejano, el romance. Mariana se va, saliendo lentamente, apoyada en Sor Carmen. Todas las demás monjas están arrodilladas. Una luz maravillosa y delirante invade la escena. Al fondo, los niños cantan:
¡Oh, qué día triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar.
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar!
(No cesa el campaneo)
Mariana de Pineda nació en Granada el 1 de setiembre de 1804, a los quince años contrajo matrimonio con Manuel Peralta y Valte, militar de ideas liberales, pero quedó viuda en 1822 con dos hijos pequeños. En 1823 se restauró el régimen señorial y represivo del primer período absolutista, dando comienzo a la "Década Ominosa".
Los liberales siguen conspirando contra el régimen oscurantista y Mariana participa en tertulias y ayuda a los presos políticos, entre los que se encuentran algunos familiares suyos. Es acusada por la policía de implicación en la fuga de su primo Fernando Álvarez de Sotomayor, y en el registro de su casa le encuentran documentos que la comprometen todavía más. El régimen extremó la violencia a partir de 1831, por lo que la mayoría de liberales van abandonando la lucha. Aprovechando los momentos de debilidad del movimiento liberal, el subdelegado principal de la policía y alcalde de Casa y Corte, Ramón Pedrosa, decide acabar con ellos. Sospecha de un posible último intento de un grupo de liberales y presiona a Mariana de Pineda para que los delate. Al no lograr doblegar su voluntad puesto que ella se mantine leal a los suyos hasta el final, el sujeto decide ir a por ella. Gracias a un chivatazo sabe de una bandera republicana que Mariana Pineda dio a bordar a las bordadoras del Albayzín. Obliga a una de las bordadoras a llevar la bandera inacabada a la casa de Mariana y posteriormente ordena un registro en el que simulan descubrir la bandera y la utilizan como prueba para acusarla de alta traición. Con esa "prueba" consideran tener suficiente para aplicarle la pena capital. Fernando VII (el del paletón) consideró que la situación era "justa y arreglada a la ley", por lo que firmó sin titubear la sentencia de muerte. Mariana de Pineda fue ejecutada por garrote vil el 26 de mayo de 1831.
Dicen que al conocer la sentencia, Mariana dijo: "El recuerdo de mi suplicio hará más por nuestra causa que todas las banderas del mundo."
Puede que los detalles de esta historia cambien ligeramente o profundamente según quien la cuente. Ya se sabe que los humanos somos dados a crear leyendas, seguramente porque necesitamos de su magia ante tanta arbitrariedad como nos ofrece la realidad. Sin embargo una cosa sí es cierta, Mariana de Pineda fue una víctima inocente de la crueldad y la intransigencia de un régimen oscurantista que nuestro país, desgraciadamente, ha conocido en muchas ocasiones. Por eso quiero rendir aquí un homenaje a Mariana de Pineda y a todas las Marianas de Pineda, como Aun San Suu, que siguen sufriendo injustamente por la prepotencia y la perversidad de regímenes absolutistas y dictatoriales.
2 comentarios:
Mi recuerdo sobre esta mujer ...es solamente una serie que se hizo hace muchos años sobre su vida interpretada por Marisol y solo tengo la imagen de su muerte a garrote vil...
Muchas gracias por toda la información que das
Me va a encantar estos post que se que nos vas a dar con un tema tan sumamente interesante
Un beso
Una mujer valiente, luchadora, guerrera, activamente política, defensora enérgica de sus ideales que no bajó la cabeza ante nadie.Una mujer inteligente, quizás esto último, lo que más propició su muerte por ser algo imperdonable en la época oscurantista, bueno, en realidad, la inteligencia en la mujer es lo que más temen los hombres en cualquier época.
Publicar un comentario