Gracias Paco

A GALOPAR

Las tierras, las tierras, las tierras de España

las grandes, la sola desierta llanura

galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo

que la tierra es tuya.

A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)

A corazón, suenan, suenan, resuenan

las tierras de España en las herraduras

galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo

que la tierra es tuya

A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie

que es nadie la muerte si va en tu montura

galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo

que la tierra es tuya

A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)

Ah, qué tiempos aquellos en los que poníamos el disco, rayado de tanto usarlo, del concierto grabado en París hace tantos años. Cuarenta hace ya. Paco Ibáñez ha vuelto a la ciudad de la luz a recordar los viejos tiempos. Desde luego para nosotros sí era París entonces la ciudad de la luz, no solo por méritos propios sino porque al contraste de la oscuridad que se vivía aquí, cualquier rayo de luz que se filtrara por una rendija, por pequeño que fuera, nos parecía el astro rey. Llenos de miedo pero con suficiente esperanza y convencimiento de que el futuro nos pertenecía como para enfrentarnos a todos los peligros, escuchábamos una y otra vez A galopar, a galopar hasta enterrarlos en el mar, y nos llenábamos de ánimo para ir a las manifestaciones relámpago que se estilaban entonces, no porque fuese moda sino porque hacer durar una manifestación más de lo debido era asegurarte que te metieran en la cárcel y vaya usted a saber qué podía pasarte, dependía del humanismo o el sadismo de con quien fueses a parar.

.

Me ha hecho ilusión ver esta foto de Paco Ibáñez, nuestro Paco, en la misma pose que entonces pero con unas cuantas arrugas más y el pelo más blanco. Treinta y cinco años tenía él entonces y yo dieciocho. Este año, cuando nos encontramos en Colliure para rendir homenaje a Machado en el 70 aniversario de su muerte, le dije a Paco ¿sabes, cuando era joven estuve enamorada de ti? Él, con su simpatía de siempre se echó a reír y me contestó, Vaya, qué lástima ¿y ya no? Nos abrazamos en un mutuo homenaje por los viejos tiempos. Paco Ibáñez siempre será el trobador de mi juventud, quien me daba ánimos para superar el miedo y salir a la calle a gritar con todas mis fuerzas ¡LIBERTAD!, quien puso además, junto con Joan Manuel Serrat, música a los poetas con los que crecí, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, Gabriel Celaya...

Te quiero Paco y siempre te querré.

.

.