Machus latinus

No es solo que se hayan dedicado a expoliar las arcas públicas, que también, es que además lo hacen todo con ese rancio machismo déspota y casposo con que Aznar hablaba a los medios desafiante: "A mí nadie tiene que decirme qué tengo que beber para conducir.", que suena irremediablemente parecido a las palabras de Berlusconi, con motivo de la derogación de los surrealistas privilegios que se autootorgó para eludir sus cuentas pendientes con la justicia: "A mí esas cosas me potencian. Seguimos adelante. Viva Berlusconi."
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Además coinciden estos del caso Gürtel con las bacanales berlusconianas. Y es que todo forma parte de lo mismo. Esa raza de hombres que se niegan a evolucionar, que son insaciables en su avaricia y en sus deseos de ejercer el poder del tipo que sea. Y, claro, nadie mejor que una prostituta bien pagada para que te halague los oídos y te engañe haciéndote creer que eres una bestia en la cama, cuando en realidad sí eres una bestia pero no precisamente en la cama sino en tu comportamiento primitivo, egoista e irresponsable para con la sociedad. El cabecilla de la red explicó que eran cinco hombres, entre los que estaba Jacobo Gordon, imputado y exsocio de Alejandro Agag, yerno de Aznar. "Todos los demás estaban allí en pelotas, cada uno con una tía." Y seguro que se parten de risa cuando lo recuerdan. Y las grasas de las barrigas les tiemblan de la risa. Y hasta puede que crean que han vuelto locas de placer a aquellas mujeres. Mujeres dispuestas a gemir cuanto haga falta por dinero. Pues qué horror ¿no? Qué espectáculo tan bochornoso y lamentable.

¡¡Señor, Señor, qué cruz!!

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