26/10/09

Hola






Tengo pendiente el resumen del II Congrès de les Dones de Barcelona, tengo pendiente muchos trabajos "intelectuales" que tengo a medias y tengo, sobre todo eso tengo, que buscar un piso donde meterme echando leches. Porque resulta que anoche vino el dueño (es lo que tiene no tener vivienda en propiedad, aunque algunos siguen diciendo que los que nos metemos en política estamos forrados) y nos dijo no sé que sopars de duro que si se ha separado, que si ella se ha quedado con todo, que si está poco menos que exiliado en casa de su madre, que... vamos, en definitiva, que quiere que nos larguemos del piso. Y como resulta que el contrato vence el próximo 7 de enero, pues a joderse tocan. Así que no tengo la cabeza para muchas florituras porque me había hecho a la idea de quedarme aquí para siempre. Bueno... bien mirado, puede que sea mejor así, porque es la manera de desprenderse de todo lo que no necesitamos. Vamos, de hacer esa limpieza que siempre tenemos pendiente pero nunca tenemos tiempo y cuando lo tenemos, somos tan conservadores que nos sabe mal deshacernos de cosas que no utilizamos nunca, que solo sirven para hacer bulto y agobiarnos reduciéndonos el espacio vital. No prometo nada, porque no es la primera vez que me veo en la necesidad de hacer un traslado y, aunque siempre me he prometido quedarme con lo imprescindible, o bien he conservado lo prescindible o bien lo he vuelto a comprar. Pero lo intentaré.
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Como soy una superviviente nata, ya tengo algo entre manos por aquí por el barrio, pero si no saliera y tuviera que largarme fuera de mi Barcelona querida, procuraré ir hacia la costa, aunque con el deshielo que provoca el calentamiento global corra el peligro de que me arrastre un tsunami. Pero creo que, como dicen quienes creen, dios aprieta pero no ahoga, así que de momento confiemos en que me salga bien lo del piso que tengo visto aquí al lado. Si no me saliera bien la jugada, ya os pondré un SOS para que me ayudéis a encontrar algo.
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De todos modos, no era de mi obligado exilio de lo que quería hablar tampoco. Solo quería compartir con vosotros algunas imágenes que he encontrado navegando por esos blogs de dios y que me han parecido preciosas. Y como tengo las neuronas un poco distraídas como para ponerme a escribir transcendentalismos, pues simplemente os dejo esas imágenes y os envío un saludo muy cariñoso a todos los y las que me queréis, que no hace falta decir quienes sois porque vosotros lo sabéis y yo lo sé. Ala pues, a pasarlo requetebien que son cuatro días y dos estamos en el paro y otro de fiesta. Un abrazo muy fuerte a todos y no os preocupéis por mí que, como sabéis, he pasado por trances mucho peores y los he superado... espero... Vamos, que no va ser este un problema que, aunque me fastidie, me quite el sueño.

Ahora, además, me viene a la memoria una leyenda que me contaron un día:

Un turista norteamericano, de visita en la India, paseaba por las calles y encontró a un hombre sentado ente una cabaña completamente vacía. El turista, curioso, se le acercó y le preguntó:
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-¿Dónde están sus pertenencias, buen hombre?
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-¿Y las suyas? -le contestó el hombre que mostraba en su mirada una gran paz interior.
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El turista norteamericano, extrañado, dijo:
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-Pero es que yo estoy de paso.
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-Yo también -le contestó el hombre tranquilo- Todos estamos de paso.
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Por cierto, me he dejado la mejor foto de todas aunque la más triste, porque esta sí es una exiliada. Una pobre niña que huye de la guerra, de los violadores, del hambre, y que no sabe siquiera a dónde irá a parar. Esta es de Waziristan, que al parecer es un sitio perdido por Pakistán, pero podría ser, desgraciadamente, de muchos otros lugares del planeta. Qué lástima, cuánto daría por poder alargarle la mano y decirle, ven conmigo que por lo menos nadie te hará daño. Pero desgraciadamente son tantos miles. Por eso no me sirve que solo existan las buenas intenciones y las organizaciones de ayuda, que son imprescindibles desde luego, además hay que hacer política y luchar por cambiar las relaciones de poder en el mundo porque de lo contrario, por más ayuda que les hagamos llegar, siempre seguirán habiendo niñas que huyen de una pesadilla constante. Niños, niñas, mujeres y hombres que no han tenido siquiera la oportunidad de conocer nada mejor. Algunos logran salir del círculo y acercarse a nuestro mundo. Entonces ya no los vemos con tan buenos ojos porque nos sobran. ¡Qué mundo por Dios!
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8 comentarios:

Nerim dijo...

¡jo! ¡que putada lo del piso ¿no?!
Ojalá y te salga el que tienes visto ahi al ladito de donde vives. Aunque si me das a elegir, prefiero vivir en la costa aunque me arrastre un sunami.
Yo también se lo trabajoso y pesado que es una mudanza, he tenido muchas y la más grande que hice fue de Venezuela a España, toda una odisea, pero eramos jovenes y guapos y osados, muy osados.

Y es lo que tu dices, te deshaces de un montón de cosas que luego vuelves a adquirir casi sin darte cuenta. en el fondo, todos somos muy conservadores.

Tomátelo con calma que de las prisas solo queda el cansancio y si necesitas ayuda, echame un grito y en un plis plas estoy ahi para ayudarte en lo que pueda.

Las fotos preciosas, me quedo con los musicos. La de la niña es muy triste y no ando yo con el animo fino últimamente para ver tristezas.

Un beso

Julia dijo...

Gracias Nerim,si necesito ayuda te lo haré saber. No sé, a veces lo pienso y me digo a mí misma ¿y por qué no me voy a la costa si me encanta el mar y caminar por la playa?, pero es que hay algo de este barrio mio que me enamora. Así que vamos a intentar quedarnos por aquí y si no pudiera ser pues... siempre qudarán los tsunamis...

Sí Nerim, a mí también se me encoje el alma cuando veo la preciosa cara de esa niña mirando lo que deja atrás, pero creo que aunque duela hay que tenerla en cuenta. Por cierto ¿qué te pasa con el ánimo, precisamente ahora que te has puesto tan guapa con tu nuevo look?

Un beso.

Nerim dijo...

Dicen que una imagen vale mas que mil palabras,y debe ser así, pues nada más ver la cara de la niña me ha producido una tristeza muy grande al mismo tiempo que un gran escalofrío.
Es que ultimamente estoy yo muy sensible,debe ser cosa de la edad.¡Ah! y gracias mil por lo de guapa, necesitaba oirlo.
Voy a tener que ir al médico, esto de la falta de hormonas me esta poniendo de un sensible.......

Un besote

MaryLou dijo...

Ay, chicas!!! que no decaiga!!! Julia, seguro que te puedes quedar en el barrio! que hay pisos vacios parar y tomar!
Lo otro, lo de la probreza y la soledad, si que tiena mala solución... Ojalá lo pudiéramos solucionar de la misma manera!!!
Besicos

Julia dijo...

Pues oye, déjate de tonterias y monsergas y ponte a plantar flores o a pelar castañas pero ni te plantees ponerte triste por la falta de hormonas, a tomar por donde amargan los pepinos las hormonas, que eso es lo que nos ha metido en la cabeza el puto patriarcado, que somos unos envases donde desahogar sus necesidades carnales y donde envolver a sus hijos hasta que se desarrollan, pero de eso nada de nada. SOMOS MUJERES, una de las especies más valiosas de la tierra. Y lo mismo da que estemos en plena etapa reproductiva que en época de descanco. Lo de las hormonas se lo inventan para acomplejarnos y para vender medicamentos. La mejor medicina es quererse, quererse mucho y vivir con pasión todo aquello que tenemos al alcance, ya sea cocinar, leer libros, escuchar música, pasear, plantar flores, mimar a los nietos, hacer el amor, ir al cine, a tomar unas copas, viajar y conocer otras culturas, etc., etc...

Un besazo, guapa. Guapa porque lo eres y guapa porque me apetece decírtelo, ¡ala!

Julia dijo...

Gracias MaryLou, guapa.
Sí, no os preocupéis, de hecho esta mañana voy a ver uno aquí al lado mismo que creo que está muy bien porque tiene una terra preciosa en la que podré plantar flores e invitaros a disfrutarlas.

Un beso

Luis Llorente dijo...

Madrid es una ciudad abierta y tienes amigos, no la descartes a priori

Julia dijo...

Querido amigo, sabes que no descarto nunca Madrid, sobre todo si a mi pequeño se le ocurriera quedarse por ahí, jajajaja. Pero de momento y mientras mi hombre trabaje, nos queda pelín lejos.

Un besazo