Acabo de ver la película Agua en la 2 y sigo bajo una fuerte conmoción emocional. ¿Cómo puede llegar el hombre a ser tan cruel, tan injusto, tan depravado? ¿Por qué todas las culturas y religiones represoras, maltratadoras y fundamentalistas tienen y han tenido siempre un denominador común: el desprecio de la mujer y el abuso más despiadado contra la mujer desde edad bien temprana?
Viudas de ocho años, mujeres y niñas tratadas como ratas, hombres que se consideraban a sí mismos la pura esencia de la bondad humana y violaban impunemente a niñas de ocho años. Ya sé que nada de esto es nuevo para mí ni para nadie que haya leído algo sobre la India y otros muchos países en los que a la mujer se la considera menos que nada, pero la película está tan bien hecha que vives la situación como si estuvieras entre ellas. Está tan bien interpretada que podías sentir en tu piel el asco y la tristeza que sentian ellas, el desamparo y la amargura de la niña recien violada. Y también la esperanza desesperada de la mujer que logra entregar a la niña al único hombre decente que conoce para salvarla de toda aquella salvajada, o al menos intentarlo.
Hacía tiempo que quería ver esta película y, mira por donde, hoy he podido verla en la 2. A quien no la haya visto, no os la perdáis si tenéis ocasión. Se sufre mucho, es verdad, pero es de esas películas imprescindibles para entender un poco más la vida, para conocer las realidades que nos son lejanas geográficamente pero que debieran sernos muy cercanas emocionalmente. Y sobre todo, sobre todo, para que tengamos muy claro que por mucho que mejoren las cosas para muchas de nosotras, mientras exista una sola mujer en la tierra que sufra como sufren estas, no seremos libres ni podemos dar por reconocido nuestro derecho a la igualdad. He llorado de rabia, de tristeza y de esperanza. Es una gran película, no dejéis de verla ni de vivirla. No dejéis de sentir a esas mujeres como nuestras. Y no me refiero al nuestras de posesión, sino al nuestras de nuestras semejantes, nuestras hermanas, nuestras compañeras de viaje.
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4 comentarios:
Yo tambien acabo de ver esta película y también estoy un poco conmocionada. Conocer el estado en el que viven las viudas de la India, inclusive en niñas de 8 años, ha sido como recibir una bofetada de frente y sin anestesia. Creía que este tipo de prácticas era cosa del pasado.Veo que no, y estoy triste, muy triste.
El sábado me parece que fue, vi otra pelicula que me impactó mucho, Luz de domingo. Una película fantástica y que parte de un cuento de Ramón Pérez de Ayala, sobre el caciquismo en la España de principios del siglo XX. Es un duro alegato contra el caciquismo de la España de la época, principios del siglo XX, la injusticia y la vida política del país, de un país estancado y sórdido, aquello que se decía, de la españa negra.
Si no la has visto te la recomiendo, te gustará.
Un beso
¿Cuando aprenderemos los humanos a no distinguir entre sexos y razas? ¿será algún día posible que nos tratemos todos como personas de igual a igual?,espero y deseo que si pero hay mucho camino que andar y esta sociedad instalada en la comodidad le cuesta dar pasos incluso me atrevería a decir que en ciertos aspectos no avanzamos, la TV cada día maltrata a las mujeres en series,telenovelas y en toda clase de programas de mal gusto,incluso en los informativos las presentadoras tienen que cumplir con un canon de belleza,y ya no hablemos de la publicidad,no es necesario ni ético que para vender cualquier producto haya que recurír a cuerpos femeninos,y lo más grave de todo es que nadie o muy pocos dicen nada al respecto,todos tendríamos que salir a la calle,pero sobre todo las mujeres y defender vuestra dignidad que es la de todos.
Si nosotros no avanzamos dificilmente otras culturas lo harán,tenemos que dar ejemplo y me parece que no lo estamos dando.
Saludos!
No la he visto Julia igual que no quise acabar un libro de cometas cuando el oficial "cuidaba del crio"
Julia: He de confesar que tampoco he visto la película, pero en estas tragedias y como no puede ser de otra manera, si estoy totalmente al lado de cualquier mujer. Es humillante, brutal, ignominioso (miles de adjetivos peyorativos cabrían decir) como en muchas culturas y religiones, tan próximas a nosotros algunas de ellas, se destroza a la mujer por el mero hecho de serlo y repugna tanto más, como la hipócrita civilización occidental, capitalista, con el Vaticano a la cabeza, siempre, siempre, mirando para otro lado. Es una deuda y revolución pendiente que un día tiene que llegar. Lo aterrador será si alguna vez se consigue algún avance, mirar para atrás y ver lo que se dejaron las mujeres en el camino.
En fin.
Permíteme que te comente que Fernando (ex-arriero) ha cerrado su blog y ahora, gracias a un golpe mágico, me convierto yo, Álvaro Tilo, en el portavoz del nuevo: “Charlas en el viejo molino”. Si un día te apetece ya sabes donde estamos. Nos encantará verte de nuevo por allí.
Así que "cumpliendo órdenes" muy gustosamente te trasmito su cariñoso saludo al que uno el mío.
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