LAS DOS ESPAÑAS

Bé, ja tenim les tres copes, ja hem fet el troglodita uns dies, que sempre va bé per deixar anar els instints més primitius sense perjudicar a ningú, i ara, malgrat la mala opinió amb la que algú s'ha pronunciat aquí per la manifestació de la nostra alegria, tornem a reempendre la critica de tot alló que ja no hauria d'existir però que malauradament és el pà nostre de cada dia.

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A vegades és necessari i forçós

que un home mori per un poble,

però mai no ha de morir tot un poble

per un home sol:recorda sempre això, Sepharad.

Fes que siguin segurs els ponts del diàleg

i mira de comprendre i estimar

les raons i les parles diverses dels teus fills.

Que la pluja caigui a poc a poc en els sembrats

i l'aire passi com una estesa mà

suau i molt benigna damunt els amples camps.

Que Sepharad visqui eternament

en l'ordre i en la pau, en el treball,

en la difícil i merescuda llibertat.

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Salvador Espriu

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Españolito que vienes

Al mundo te guarde Dios

Una de las dos Españas

Ha de helarte el corazón.

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Antonio Machado

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Estas dos estrofas, de hombres diferentes en el lenguaje pero iguales en la inteligencia y en la ética demostrada a lo largo de toda su vida y reflejada en su obra literaria, demuestran qué debiera tenerse en cuenta para una vida justa la primera, y la realidad que vivimos con unos pueblos partidos por la mitad la segunda.

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La maldición de las dos Españas sigue flotando en el aire de Sepharad. Una es abierta, moderna, dinámica, solidaria, llena de vida y esperanzas. La otra es arcaica, oscurantista, ególatra, clasista, racista, involucionista y por supuesto totalmente insolidaria. Debieran haber motivos más que suficientes para que la oscura desapareciera, pero son los dueños ilícitos del cortijo. Son los que responden a aquél dicho que dice: los ricos son ladrones o descendientes de ladrones. Porque la naturaleza da oportunidad a todos sus seres vivos y la producción de bienes siempre las hacen quienes menos poseen, luego está claro que quienes mucho tienen y poco producen, quienes privatizan la tierra y se hacen dueños de ella para esclavizar al resto, son ladrones o descendientes de ladrones. Y ahí está el problema, quienes han acaparado las riquezas que debieran ser de todos, han podido comprar ejércitos, jueces, mandatarios de todo tipo y hasta conciencias. La moderna debiera poder vencer a la arcaica, ya que es mucho más dinámica y representa a mucha más gente. Pero ahí está el dilema. Un dilema que viene produciéndose desde la noche de los tiempos y que yo, desde que tengo uso de razón, no logro entender. ¿Cómo puede un trabajador, un desposeído, un explotado, votar a sus explotadores, a sus verdugos? ¿Se trata de masoquismo, de servilismo y temor, o puede que exista algún componente poco honorable, que algunos tengan en su corazoncito la esperanza de llegar a ser uno de los de arriba para poder aprovecharse de los demás?

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Y los esfuerzos de la España abierta para que evolucionemos, se encuentra una y otra vez con los muros que, al estilo del que levanta Israel contra Palestina, levantan esos señores descendientes de los antiguos feudales y que se niegan a perder sus ilícitos privilegios. De ahí que insistan una y otra vez en que solo ellos saben cómo se hacen las cosas, mientras tienen a la mitad de sus políticos pendientes de sentencias judiciales. De ahí que insistan en meter el miedo en el cuerpo y crear alarmas sociales con cualquier motivo, ya sea económico, de terrorismo, de gripes nuevas, de leyes nuevas sobre el aborto, etc., etc...

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Por un lado un tal Cañizares, cardenal para más señas, dice, al parecer sin vergüenza alguna, que lo de los 35.000 niños y niñas que han sufrido abusos y torturas durante sesenta años en Irlanda no es tan grave como el aborto. ¿Lo dirá realmente en serio? ¿Es posible que exista un ser humano racional y con sentimientos que esté convencido de que abortar el desarrollo de un feto cuando no es todavía más que un manojo de células que ni siente ni padece, es más grave que torturar sistemáticamente, hacerles pasar hambre, humillar y cometer los más aberrantes abusos sexuales contra niños y niñas de diferentes edades, abusando además del poder que les otorgaba saber que la vida de esos niños y niñas estaban en sus manos porque eran criaturas sin techo ni familias dispuestas a cuidarlos, o sea totalmente a merced de aquellos criminales torturadores y pederastas que se suponía debían ser los guardianes de su bienestar? ¿Por qué es menos grave el magnicidio denunciado en Irlanda, porque quienes perpetraban los abominables crímenes eran curas y monjas? ¿Se trata de un proteccionismo corporativista?

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Y ¿qué me decís del caso Baltasar Garzón ¿puede un líder de un partido que se autodenomina democrático, aplaudir el hecho de que se acuse por prevaricación a alguien que intenta arrojar algo de luz al triste y oscuro pasado de la España franquista? En España sí. En España se sigue manteniendo un secreto indecente sobre todo lo que pasó durante la larga noche franquista. Y es que hay demasiados de entonces en activo hoy. Qúe triste que tengamos todavía que ver como los nostálgicos franquistas se defienden acusando a quienes tratan de explicar la verdad. Qué triste que existan todavía tribunales y jueces que admitan ese tipo de querellas. ¿Por qué se mete en la cárcel a quienes hacen apología del terrorismo, que me parece perfecto, y en cambio se les dan garantías judiciales a quienes hacen apología del terrorismo de estado que significó la dictadura franquista? ¿Lograremos algún día que todo salga a la luz?

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Cuando comentas el tema con según quien, rápidamente les sale un zarpullido por toda la piel y gritan desgañitados ¡Pero todas, todas las verdades ¿eh?! Que anda que no hicieron daño los rojos también. Y sí, es cierto, también del otro bando se cometieron atrocidades que nunca debieron ser, pero hay una diferencia, una gran, inmensa diferencia. El régimen franquista ganó la guerra, por ayudas del eje y de quien no era el eje, por lo que fuera, el caso es que ganó la guerra. Y cuando uno gana la guerra y asume un poder total todo el mal que hace, absolutamente todo, se convierte en terrorismo de estado. Porque un gobierno que mantiene al país en un puño no necesita ensañarse contra los perdedores como lo hizo el régimen de Franco. Y no se ensañaron precisamente con quienes ellos consideraban que habían cometido delitos de sangre, sino con gentes pacíficas, incluso católicos muchos de ellos, como el colectivo de los maestros, a quienes odiaron tanto porque trataron de culturalizar a unos pueblos que a los señoritos del cortijo interesaba más mantener ignorantes.

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Esos señoritos de cortijo siguen teniendo demasiado poder. No podemos callar lo que sabemos, aunque nos acusen de prevaricación. Perdonar... bueno, olvidar ¡Jamás!

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Las siguientes imágenes hablan por sí solas, no hace falta decir cual de ellas representa a una y otra Españas.

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