En las películas de gánsters, esas que no sé porqué nos gustan tanto, a lo mejor es que en el fondo todos llevamos un canalla dentro, el personaje clave suele ser el contable. Es él quien maneja las cuentas y los resortes para que sus jefes salgan impunes de las investigaciones de Elliot Ness and The Untouchables, es él a quien persiguen gánsters de otros clanes y policías de todos los colores, tanto los más corruptos como los más heroicos, porque es él quien domina el cotarro, quien diseña una fina trama de ingeniería contable para funcionar con dobles y triples cuentas. Dice la leyenda que a Al Capone se le intentó trincar de mil formas distintas y, aunque fue un sanguinario y corrompió a todo el sistema judicial y a toda la policía de Chicago (menos a Elliot Ness, claro), solo fue posible apresarlo por evasión de impuestos y eso, naturalmente, solo pudieron achacárselo cuando lograron apresar al contable.
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Obviamente no afirmo ni desmiento nada porque ni soy profesional de la investigación, ni tengo acceso a prueba alguna que pueda permitirme acusar a nadie de nada, pero lo cierto es que todo este culebrón de Bárcenas hace que me recuerde mucho el tema y que él personalmente se me confunda en la mente con el contable de Al Capone. Por Dios, no me malinterpreten, no pongo en duda su inocencia, ni su culpabilidad tampoco. Solo digo que este género me recuerda mucho al otro género, al del cine negro que tanto nos gusta a todos, solo que cuando se produce en la realidad y es nuestro dinero, el dinero público el que está en juego, como que ya no nos gusta tanto. Prefiero seguir con el cine negro porque además, entre otras cosas, me cae mejor Robert de Niro que el jefe de Bárcenas.
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Parte del dinero, según los documentos de contabilidad interna requisados por la policía en las sedes de las empresas de Correa, acabó en manos de Luis Bárcenas, tesorero del Partido Popular. La Agencia Tributaria considera que tanto Constructora Hispánica como las empresas pantalla con las que operaba han podido incurrir en un delito contra la Hacienda Pública.
La investigación arrancó de una conversación de Correa grabada sin que él lo supiera por quien entonces era su amigo, José Luis Peñas, ex concejal del PP en Majadahonda (Madrid). "Le he llevado a Bárcenas 1.000 millones de pesetas. Se lo he llevado a Génova (sede del PP) y a su casa. Todo de adjudicación de obras de Fomento, cuando estaba Cascos, 1.000 kilos. Sé dónde los tiene, cómo los saca de España y el paraíso fiscal", se oye decir a Correa en esa grabación.
La investigación arrancó de una conversación de Correa grabada sin que él lo supiera por quien entonces era su amigo, José Luis Peñas, ex concejal del PP en Majadahonda (Madrid). "Le he llevado a Bárcenas 1.000 millones de pesetas. Se lo he llevado a Génova (sede del PP) y a su casa. Todo de adjudicación de obras de Fomento, cuando estaba Cascos, 1.000 kilos. Sé dónde los tiene, cómo los saca de España y el paraíso fiscal", se oye decir a Correa en esa grabación.
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4 comentarios:
¿Deja que adivine quien es Al?
Jajajajaja... Anda que te lo he puesto a huevo...
Pues no se como no sabemos leer (eso dicen las mentes privilegiadas asociadas espriritualmente a Lehman Brothers), imaginate para destripar un galimatias.
Ya, pero hay temas que están tan claros que no hace falta ni saber leer para descifrarlos, jajajaja...
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