31/3/09

La amenaza del oscurantismo







El oscurantismo acecha. El renacimiento lo combatió y, aunque cara pagó su osadía porque los fundamentalistas siempre mueren matando, lograron que el antropocentrismo(1) que defendían pusiera en jaque al teocentrismo (2) que imponían el clero y la aristocracia. Eso permitió que, a pesar de la terrible represión que siguieron imponiendo tanto jerarquías eclesiásticas como los reyes y sus privilegiados, el pensamiento humano avanzara y la ciencia y las artes se abrieran paso hasta llegar a las sociedades avanzadas que hoy conocemos. Sin embargo, los oscurantistas no se conforman y siguen luchando por conservar sus inmerecidos privilegios. Ese y no otro es el motivo que lleva al Vaticano y sus adeptos, a los mulahs y sus adeptos y a los rabinos y sus adeptos a seguir machacando en la idea de que nadie tiene derecho a vivir su vida en libertad, que todos debemos doblegarnos a las imposiciones divinas, bajo pena de ser condenados a los infiernos. Alguien debiera preguntarles qué ganancias saca Dios de todo esto, porque lo que es seguro es que ellos sí lo hacen por interés.










Es ciertamente preocupante porque, si tan solo se trata de movimientos folclóricos que no afectaran a nadie, sería únicamente un espectáculo más o menos cutre. Pero no es así. Lo cierto es que lo que provocan con su actitud y sus imposiciones es la desgracia de millones de seres humanos. Provocan grandes tragedias que llevan a seres humanos a la guerra interminable, a grandes hambrunas, a pandemias que hunden a países enteros en la miseria. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esos señores sigan maltratando a la humanidad? ¿Cuándo se van a decidir los creyentes de buena fe, que me consta que haberlos hailos, a apostatar y dejar a las jerarquías de sus iglesias al descubierto? Si son los representantes de Dios en la tierra, no tendrán problemas para subsistir sin las grandes riquezas que poseen y los grandes lucros que obtienen de sus apoyos a regímenes dictatoriales, sus bendiciones inmisericordes a elementos que las pagan a buen precio y cuyo comportamiento debiera condenarlos (a ellos sí) al infierno si algo de todo eso fuera cierto, las grandes ganancias que obtienen de sus negocios, que digo yo, ¿qué pasó con aquello del repudio de Jesús a los comerciantes judíos?








El caso es que, pase lo que pase, haga el hombre las revoluciones que haga, ellos siempre acaban saliendo a flote y cada vez con más vehemencia, agresividad y fuerza. ¿Es tan débil el ser humano que necesita creer en ellos aunque la evidencia deje bien patente su culpabilidad? Es triste, ciertamente. No, no es caso de risa. Porque la cuestión es que, por increíble que parezca, hay mucha gente que les cree. Muchos otros no, muchos otros sencillamente les siguen porque defienden sus oscuros intereses, pero sí hay mucha gente de buena fe que, por temor al infierno, por ignorancia o por padecer de muy baja autoestima, siguen fieles las órdenes marciales de unos individuos que no tienen escrúpulos ni compasión.








La gran campaña que hacen en contra del aborto, mostrando de forma obscena y cruel unos restos de fetos a los muchachos y muchachas a quienes dicen proteger, no tiene nombre. ¿Por qué no muestran a las criaturas del tercer mundo, y algunas del primero también, que sufren abusos de todo tipo? Que me contaron de una imagen que alguien vio en internet (cuya denuncia sirvió para que la policía lograra detener a unos cuantos de los innumerables degenerados que por ahí corren) en la que aparecía el primer plano de la carita de una criatura de unos dos o tres años a la que hacían llorar para que abriera la boca en la que un individuo introducía su enorme pene violentamente hasta casi asfixiarla. ¿Por qué no muestran en sus pancartas las imágenes de las criaturas que mueren de hambre gracias a las campañas que estos señores hacen alegremente en contra de los anticonceptivos? ¿Y qué me dicen de la cantidad de criaturas que mueren a consecuencia del SIDA porque a ellos no se les ocurre otra cosa más que hacer frívolas campañas diciendo que usar el preservativo es peor? ¿Por qué no muestran a la cantidad de criaturas que son forzadas a mendigar, comidas por los piojos, las moscas y la miseria más infinita, o a buscar en enormes montañas de basura algo que llevarse a la boca, o a trabajar jornadas interminables en las bóvilas haciendo ladrillos o deslomándose en las cadenas de las multinacionales que fabrican artículos para gente guay del primer mundo? ¿Por qué no muestran a las mujeres maltratadas por esos machos a quienes su educación de desprecio a la mujer ha llevado a considerarse en el derecho de hacer con su hembra lo que le venga en gana?




Pero no solo aquí pasan esas cosas. Y eso es lo preocupante. Todas las religiones monoteístas, impositivas y represoras están dando su vuelta de tuerca y tratando de resucitar sus posturas más oscurantistas. Debe ser por aquello de a río revuelto... Hoy veo en El Periódico una noticia que, unida a las manifestaciones de los de aquí y al integrismo de los de más lejos, nos lleva a considerar que el involucionismo acosa por todos los bandos. En el ejército israelí cada vez son más los soldados que se consideran soldados de lo divino y matan sin piedad en nombre de Dios. No importa de qué dios se trate, siempre que se mata en nombre de dios, se mata irracionalmente, sin piedad y sembrando la semilla del odio que eternizará el conflicto. Yo mato por mi dios, tú matas por el tuyo y aquí no se salva ni dios.








No discuto el hecho de que la fe religiosa pueda llevar a muchas personas a ser misericordes y solidarias con las demás personas, pero desde luego, el fin en sí de toda religión es doblegar la voluntad de las gentes, mantenerlas en la ignorancia y finalmente sacar provecho de ello. El día que vea al papa cambiar sus sayas de seda por unos tejanos, el día que vea a los jerarcas de la iglesia defender con la misma vehemencia a un ser humano que a un feto, el día que oiga de boca de los obispos y cardenales, mulahs, rabinos, etc., que lo que importa es que los seres humanos sean felices y que hay que poner todos los medios a su alcance para que puedan serlo, regulación de la maternidad, libertad de decisión para escoger cómo quieres vivir, el día que todas las jerarquías religiosas digan que todos tenemos derecho a ser libres y que todos debemos respetar la libertad del prójimo, respetar su forma de ser, amarnos unos a otros creamos en el dios que creamos y seamos de la raza, género o condición sexual que seamos... Ese día me replantearé mi forma de pensar y consideraré si quizás estoy equivocada. De momento, todo lo que hacen y dicen corrobora que estoy en lo cierto: No llevan buenas intenciones.







1.- Doctrina o concepción filosófica que considera al ser humano como el centro o el elemento más importante de todo lo que existe en el mundo.




2.- Doctrina que considera Dios como centro y fin de todo el pensamiento y actividad del ser humano.



P.D: Por cierto, siguiendo su camino de embustes, en el cartel que han utilizado en su campaña contra la ley del aborto (abortos que también se practicaron durante el reinado de Aznar aunque entonces nadie se rasgara las sotanas), ni el niño que aparece es un feto ni el lince es un lince ibérico...


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