Después de las turbulencias de los últimos días, he decidido dejar de reflexionar y volver a mis más primitivos y silvestres orígenes. Quizás vuelva, no digo que no, pero de momento me he tomado un respiro y me he largado al Montnegre. Precioso. Una auténtica joya. Me he dejado acariciar por el viento helado, he abrazado algunos de sus impresionantes árboles, he caminado hasta agotarme, primero muy deprisa, a paso de marcha: izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda... luego más despacio, contemplando con interés renovado cada madroño, cada alcornoque, cada roble, cada encina, pino, roble, haya, castaño, cada recodo del camino, cada detalle de un paisaje digno del más hermoso de los cuentos de hadas. Y me he dado cuenta de algo que ya sospechaba: necesito más poesía en mi vida, necesito perderme más a menudo por algún bosque que, como el de hoy, me devuelva la mágia que nos ofrece la vida y que tan estúpidamente ninguneamos. Aquí os dejo algunos ejemplos de las maravillas que he podido hoy acariciar con la mirada ilusionada de la niña que sigue agazapada en mi interior. Mañana me iré a dar una vuelta en bicicleta por la playa para que la brisa marina me acaricie todo el cuerpo y la hermosa amplitud del mar me alimente el alma.
.
.
.
.
4 comentarios:
Preciosas fotos de magníficos paisajes! es un lujo, tener todo esto cerca y el mar... verdad?
Besicos
Po zí MaryLou, es todo un privilegio que sería un pecado no aprovechar.
Un beso muy fuerte.
Muy buenas fotos julia!
Feliz reencuentro con la poesía y la belleza.
Abrazo y saludos afectuosos!
Gracias Antonio, un fuerte abrazo para ti también.
Publicar un comentario