9/7/09

Dos errores no hacen un acierto


Triste. Muy triste es la muerte de un chiquillo de veinte años recien cumplidos. Y entiendo que sus amigos y familiares se sientan dolidos e indignados. Y por respeto a ese dolor, no me alargaré en discursos sobre el tema. Solo decir que unos atacantes entre los que al parecer había tres españoles y un extranjero, no es precisamente un dato que justifique la xenofobia con que este grupo de ciudadanos encaran el problema.
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Respecto a las frases que esgrimian algunos manifestantes: Y luego se preguntan porqué somos racistas, Basta de democracias, 60 años atrás esto no hubiera sucedido. Es posible que 60 años atrás esto no hubiera sucedido, no lo sé, no estoy tan segura. Recordemos que en época de Franco, aunque la prensa oficial no tocaba mucho esos temas, había una publicación especializada, llamada El Caso, que chorreaba sangre a borbotones. No sé quienes cometían aquellos asesinatos, pero desde luego El Caso iba lleno de ellos. Lo que seguro no pasaba entonces es que hubiera tanta libertad en la Calle del Pecado y toda la villa de Sitges, porque a todo aquel que perdía aceite, que era de la cera de enfrente, mariconazo y otras lindezas con las que se referían entonces los padres de la patria a los homosexuales que hoy afortunadamente gozan de plenos derechos, se les enviaba sencillamente a la cárcel acusados de escándalo público o etiquedados como vagos y maleantes.

En cualquier caso, siento sinceramente la muerte de Joel Rodríguez. Puedo entender el dolor de su madre (que por cierto es extranjera) porque si le hubiera sucedido a un hijo mío, no sé cómo habría podido reaccionar, seguro que con mucha pena, mucha rabia y mucha indignación. Hay que exigir justicia y que el culpable o los culpables paguen por su horrible crimen, pero por favor no satanicemos a nadie por su origen, raza o condición. Eso nunca es justo porque siempre se producen víctimas entre inocentes y dos errores no hacen un acierto.

3 comentarios:

Paquita dijo...

Ante todo decir que siento mucho la muerte de este chico.

Yo siempre intento ser solidaria con todo el mundo, aunque no sé como expresarme para ser politicamente correcta.

Muchos inmigrantes han venido a trabajar buscando una estbilidad social y economica que en sus paises no encontraban, pero también es verdad que han venido otros , que ayudan a desestabilizar la concordia de esta soiedad,(aquí también los había) en ningún momento quiero ser racista, nunca lo he sido, pero creo que se les ha ido de las manos a los últimos gobiernos, el problema de la inmigración.
No todos caben por el solo hecho de ser solidario, tenemos que poner freno a una inmigración descontrolada, ayudemos a esas personas en sus paises de origen, para que no tengan la necesidad imperiosa de tener que migrar.

También debemos darnos cuenta que muchos colectivos de inmigrantes son guetos los cuales son dañinos para poder vivir en libertad, nunca llevarnos al libertinaje. Y la verdad es que son muchos.

Muchos de ellos tienen otro modo de vivir y ver las cosas.
Como casi siempre las etnias por su religión chocamos y nos enfrentamos, no tenemos que decir sí a todas las culturas y más a esas culturas que pueden quitarnos derechos adquiridos y me refiero más a los derechos de las mujeres.

Refiriendome al colectivo gay tienen todo mi apoyo y solidaridad.

Espero no hacer daño a nadie.

Donde vivo han habido varios conflictos raciales, pero en ninguno de ellos han participado españoles.

Julia me gusta mucho tu hacer y las denúncias que haces en tus posts.

Un abrazo muy fuerte.

Luis Llorente dijo...

Una persona por ser de aquí o de allí no es mejor o peor, el ser humano es como es en todos los aspectos y la condición humana reflejo de muchos vectores de esa vida, en estos casos nunca se acierta en la reflexión, hace tiempo en nombre del partido en el distrito me toco llevar la representación en un momento parecido de pasiones a flor de piel, ETA había cometido un asesinato con coche bomba en mi distrito y había matado a un miembro de la guardia civil en una colonia del cuerpo, apechugar en ese momento y aguantar lo que me dijeron no es agradable, pero es pausible desde el dolor y la rabia de estas cosas, solo podemos pedir justicia.

Julia dijo...

Tienes razón Paquita. Todos somos humanos y como tales vulnerables y hay momentos en que el miedo y la rabia te lleva al recurso fácil de decidirte por el blanco o negro, moros o cristianos, etc., pero ese camino es muy peligroso. Por un lado porque la violencia solo engendra violencia y se puede entrar en una espiral dificil de parar, como decía Gandhi "Ojo por ojo y el mundo acabará ciego" y por otro lado porque entre los que vienen hay verdugos y hay víctimas y si les ponemos condición en lugar de juzgar los actos indiferentemente de la procedencia de quienes los cometen, corremos un serio riesgo de llegar a que le linchen inocentes.

Un beso