6/7/09

Bien por Obama, bien por Bachelet




Me gusta Barack Obama. Aun siendo consciente de que cabe la posibilidad de que los lobbys, los bildelbergers y demás chacales que conspiran en las sombras impedirán que ponga en práctica algunas de sus pretensiones, puede que todas, sigo creyendo en él. Ya se sabe, a falta de Dios suelen algunas sectas ser más papistas que el Papa, jajajaja... quizás sea eso lo que sustenta mi fe. Pero sea como fuere y ocurra lo que tenga o no tenga que ocurrir, a mí me gusta Obama. Me gusta por sus palabras, el intento de sus hechos y esa sonrisa ancha que transmite confianza y esperanza.
Y a él le gusta Michelle. No solo Michelle Obama, su compañera inseparable, que también por supuesto, sino Michelle Bachelet. Y es que este hombre rompe muchos moldes, digan lo que digan quienes lo digan. Como la forma en que recibió a homosexuales y lesbianas como se ve en esta foto, las sonrisas con que se acercó a personajes tan polémicos y antiamericanos como Hugo Chávez, los intentos de reconciliarse con el mundo musulmán, las declaraciones sin pelos en la lengua sobre la necesidad de que Israel cambie de actitud respecto a Palestina y tantas otras ocasiones en las que demuestra ser un hombre abierto con ganas sinceras de arreglar las cosas, otra cosa es que le dejen. Pero lo que hoy llama mi atención es el respeto y la admiración con que recibió en su casa a Michelle Bachelet, reconociendo que Washington puede aprender una buena lección de las prácticas de la presidenta chilena, en lugar de echarla a tiros de La Moneda como le hiciera otro presidente norteamericano a Salvador Allende hace unos cuantos años. Cierto es que Michelle Bachelet se merece los elogios por su política sensata y honesta, pero no deja de ser esperanzador que se le reconozca desde la Casa Blanca.



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El presidente de EE UU, Barack Obama, lo reconoció hace un par de semanas en la Casa Blanca, cuando fue anfitrión de la presidenta chilena, Michelle Bachelet: Washington puede aprender una "buena lección" del manejo que Chile ha hecho de la economía, dijo Obama. La receta de La Moneda tiene un ingrediente bíblico que todos los Gobiernos conocen pero muy pocos aplican -ahorrar en tiempos de vacas gordas para los periodos de vacas flacas-, y dos protagonistas que han logrado un récord de aprobación en la opinión pública: Bachelet y su ministro de Hacienda, Andrés Velasco.
Bachelet ascendió hasta un 74% de aprobación, el porcentaje más alto logrado por un presidente desde el retorno a la democracia en 1990, y Velasco, con un 68%, se consolidó en junio como el ministro mejor evaluado del Gabinete, según la encuesta mensual de Adimark, una de las empresas serias de medición de opinión pública en este país.
Los porcentajes elogiosos parecen casi abrumadores para una democracia: un 89% dice que Bachelet es "querida"; un 86%, que es "respetada"; un 80%, que es "creíble"; un 78%, que tiene "capacidad para enfrentar situaciones de crisis"; un 76%, que "cuenta con liderazgo", y un 75%, que "cuenta con autoridad".
Manuel Délano - El País 6-7-09









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Quizás Michelle Bachelet ha sabido aplicar la sabiduría ancestral femenina de la sensatez y el pragmatismo con que se regían las sociedades matriarcales. Harían bien los regímenes fundamentalistas que niegan a la mujer su desarrollo como personas y los regímenes fantasmagóricos que limitan el papel de la mujer a la prestación de servicios sexuales y se mofan de nosotras proponiendo a unas cuantas señoritas de compañía para representar a su país en Europa, harían bien, digo, en tomar buena nota y reconocer, como hace Barack Obama, lo que está bien hecho. Los integristas que siguen a los primeros y los vendidos que siguen a los segundos no sé si estarían muy de acuerdo, pero las personas de buena voluntad se lo agradeceríamos.
Es justo reconocer que Michelle Bachelet no está sola en esto, sino que ha sabido rodearse de colaboradores como Andrés Velasco, hijo de un represaliado de la dictadura de Pinochet, que al parecer está haciendo una gran labor por salvar la economía de su país.

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