11/2/09

UN POCO DE RESPETO, POR FAVOR



Dios, si acaso existes, acógelo y trátale bien. Nunca creyó en ti, pero tú sabes mejor que nadie, si acaso existes, que siempre fue muy buena persona y que le debes una, porque sufrió mucho más de lo necesario por culpa del integrismo que tus representantes en la tierra han difundido durante siglos.




Esas palabras pronuncié junto a mi hermano el día que murió en mis brazos, hace ya casi catorce años. Soy atea pero siglos de cultura católica no se los quita una de encima así como así. Por eso entiendo y respeto profundamente a todos los creyentes que lo son de forma sincera. Lo que no respeto, ni siquiera justifico, es el cinismo con que algunos ejercen esas creencias y la crueldad que demuestran en la imposición de sus ideas.



Yo sí respeto, a pesar de mi ateísmo. En el funeral de mi suegro, hace ya bastante tiempo, no le permití a mi hijo de cinco años que comulgara. Mama ¿qué les dan? Una hostia hijo. ¿Y eso qué es? Pues es como una especie de galleta. Yo quiero ir también. No hijo, tú no puedes. ¿Por qué? Porque esas personas hacen ese ritual porque creen en una religión en la que nosotros no creemos y si tú, que ni siquiera estás bautizado, lo haces, resulta una falta de respeto para ellos, cuando volvamos a casa te lo explicaré mejor ¿vale? Vale. Mi hijo lo entendió. No del todo entonces pero sí cuando más tarde, ya en casa, se lo pude explicar con más detalle. Sin embargo los fanáticos e instigadores de fanáticos como algunas jerarquías eclesiásticas y algunos miembros de estados decadentes como el Sr. Berlusconi y sus acólitos, no respetan. No respetan nada ni a nadie.





Es bochornoso el casposo y triste espectáculo que se han montado a costa del drama de una familia que un día les pidió ayuda y solo recibió silencio e indiferencia. Y ahora se rasgan las vestiduras. ¡Por favor! Un poco de respeto. ¿A qué vienen esas poses de desesperados cuando lo único que les ha importado del caso de Eluana ha sido remover los más bajos, integristas y arcaicos instintos de aquellos a quienes les conviene mantener en la ignorancia para que les sigan votando. ¿Cómo puede el Sr. Ministro de Salud aparecer en portada de los periódicos con un gesto de dolor al conocer la noticia de la muerte de Eluana? Qué crueldad contra quienes sí sintieron ese dolor. Qué falta de respeto hacia un padre que, después de ver a su hija muerta en vida durante 17 años, tuvo que pasar por el difícil momento de tomar la decisión más dura de su vida. Durante 17 años les han ignorado, no se han interesado lo más mínimo por esa familia, no les ha importado en lo más mínimo el calvario que les ha tocado vivir. Y ahora, cuando debieran mostrar respeto por el dolor de ese padre y acompañarle para darle consuelo, en lugar de eso sacan las garras más afiladas de su cinismo y su maldad, dan muestras de la más vil ruindad y se ensañan con él como si Eluana hubiera sido un ser al que siempre amaron y defendieron. La mayoría de ellos no han sabido de Eluana más que lo que han publicado los periódicos. La muchacha nunca les importó, como no les importa nadie que no sean ellos mismos y sus turbios intereses.





Y todo ese circo lo han montado para contentar a la iglesia más oscurantista y ganarse la fidelidad de un pueblo al que desprecian en lo más hondo de sus almas pequeñitas. Si las tías están buenas es lógico que las violen, si los chicos quieren salir de la miseria es lógico que se metan en las bandas, si la gente quiere pasar de todo es lógico que les demos espectáculo. Y así actúa el Sr. Berlusconi. Mientras él y sus aliados hacían aspavientos ante las cámaras, su pueblo se contentaba con el más triste y decadente de los espectáculos. Grande Fratello, la versión del Gran Hermano de la TV5 del jefe, batió récord de audiencia la misma noche que los altos jerarcas vendían al extranjero la imagen de que toda Italia lloraba desconsoladamente la muerte de Eluana.





Eluana ti vlogliamo tanto bene, rezaba (y nunca mejor dicho) una de las pancartas que los integristas católicos colocaron junto a la clínica en la que desconectaron a Eluana de las máquinas que la mantenían en vida de forma artificial. Y junto a esta y otras pancartas, las imágenes de una muchacha hermosa en el esplendor de sus diecinueve años, justo antes del trágico accidente que le segó la vida. El padre, ante todo el acoso sufrido desde todos los estamentos que debieron apoyarlo en lugar de arrojarlo a los leones, pidió a una periodista de la RAI que la visitara para que fuera testigo del deterioro sufrido por la muchacha. La periodista, claramente impresionada, declaró: "Estaba absolutamente irreconocible respecto a las fotos, verla ha sido una experiencia devastadora." Pero de eso no han dicho nada las altas jerarquías de la iglesia ni los aliados del jefe Berlusconi, porque ellos no se han molestado siquiera en visitarla, solo la han utilizado de forma obscena para sus más oscuros y oscurantistas intereses.





Desde aquí mis máximos respetos a los familiares y amigos de Eluana. No volveré a hablar de ella, pero no podía quedarme dentro esta denuncia. Me desgarran de indignación esas muestras de falta de respeto hacia los sentimientos de los demás.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Com no podia ser d'altre manera, el govern italià i la santa mare esglessia (?) ja s'han pronunciat. Es tracta, han pontificat, d'un assassinat. Poques vergonyes tots plegats!!!!!

Julia dijo...

Sí, i dic jo... qui jutjarà a la esglèsia del genocidi que provoquen les seves prohibicions de utilitzar els preservatius a l'Africa extenen així la pandemia de la Sida, per exemple?

Quina llàstima que encara hi hagi tanta gent que no s'adoni del mal que fan...