17/2/09

Pederastia encoberta



Es diu Fàtima. Te vintiún anys, un fill de sis i una llarga i triste història. No només la van obligar a casar-se als catortze anys amb un individu que podria ser sobradament el seu àvi doncs tenia cinquanta anys, sinó que a més la va maltractar i apallissar continuament per obligar-la a tenir relacions sexuals, alló que a casa nostra es diu violació i pederastia.

Teòricament, les lleis del Marroc prohibeixen aquest tipus de casaments, però el 89% per cent (segons les persones que lluiten encarnissadament per alliberar a les dones, o millor dit, a les nenes marroquines d'aquest despotisme i abús) de casos que es donen, son acceptats pels tribunals. Que dic jo, el 11% restant perqué el deuen de desestimar, perque le nenes tenen la sort de topar-se amb un jutge decent o perque son nenes de set o vuit anys?

A mi que no em vinguin amb excuses culturals religioses ni de cap mena. Un individu que compra a una nena de 14 anys per convertir-la en la seva dona, que a més posseeix altres dones que alterna amb aquesta i que a més l'apallissa brutalment (de vegades fins a perdre el sentit) per violar-la, ¿quina tradició cultural o religiosa pot justificar aixó?

A més, segons diuen els que conèixen el Coran i no tracten d'aprofitar-lo per abusar dels més vulnerables, diuen que el que diu respecte a aixó és que l'home i la dona han de ser lliures per escollir amb qui volen compartir la seva vida.

2 comentarios:

Nerim dijo...

Querida Julia, estoy de acuerdo contigo en todo lo que dices respecto a los dos primeros “reyes” y casi totalmente de acuerdo aunque no en todo, en lo que se refiere al “tercer rey”.

Como sabes viví en Venezuela desde el año 1964 hasta el año 1983, allí trabajé, allí me casé y allí crié a mis dos hijos.
No estoy de acuerdo contigo en lo que dices respecto a la falta de derechos del pueblo venezolano antes de la llegada de Chávez.

Es bien sabido que los ricos siempre gozan de más derechos que aquellos que les corresponden, pero los “pobres” y si como pobres se entiende la gente que tiene que trabajar por un sueldo, yo también era pobre, y gozaba de unos buenos derechos sociales, mi sueldo era igual al de cualquier hombre ejerciendo el mismo trabajo, nunca tuve que callarme delante de nadie por miedo a represalias, es más, era muy crítica con los gobiernos de AD y COPEI. Las elecciones eran libres y el voto era secreto y raras veces manipulado.
Vivíamos con completa libertad, para salir, para entrar, para ir donde quisieras sin tener que pedir permiso a nadie como ocurre ahora.Las personas que querían estudiar, tenían libertad para estudiar la carrera que quisieran y además en buenas universidades públicas como la Universidad Central de Venezuela. La gente que trabajaba ganaba dinero y como la vida era muy barata, el dinero llegaba para vivir bien y tranquilamente.

Había otro tipo de pobres, los que lo querían todo simplemente porque estaban convencidos que se lo merecían, por el mero hecho de ser venezolanos, los que en una semana se gastaban lo que habían ganado en un mes desatendiendo a las necesidades de la familia, los que tenían no una, ni dos, sino hasta tres y cuatro mujeres y una caterva de hijos de los cuales, ni siquiera reconocían y mucho menos se responsabilizaban de ellos, los que reclamaban un mejor reparto de la riqueza nacional sin dar un palo al agua. Los que vivían casi por inercia y sin ninguna responsabilidad sobre sus espaldas.

Un abrazo

Julia dijo...

Hola Nerim:

Tomo nota de lo que me dices y pido disculpas por mi ignorancia. Yo no he estado nunca en Venezuela y me limito a decir lo que algunos venezolanos que conozco me han explicado. Seguramente no hice bien en dar por buena una visión, ya que siempre hay visiones distintas en todas las circunstancias de la vida. De todos modos, aunque estoy de acuerdo contigo en que muchas veces los pobres lo son porque sencillamente son unos vagos, también es cierto que ese deterioro de las personas lo conlleva la ignorancia y la miseria, vamos que es el pez que se muerde la cola. Así que, aunque no estoy en absoluto de acuerdo con Hugo Chávez y supongo que ya se nota en mi escrito que no me despierta simpatía alguna, es posible que algo beneficioso para su pueblo sí haya hecho. Al menos eso dicen muchos que antes no tenían acceso a ningún progreso social. Lo que sí es una lástima es que tengan que pagar ese precio tan caro que es la idolatría al individuo.

Es como el caso de Cuba, nadie está más en contra de la perpetuidad de Fidel Castro en el poder que yo, porque desde pequeña crecí respetándole y admirándole, por lo que me sabe muy mal tener que haber llegado a despreciar su manera de proceder. Pero nunca dejaré de reconocer lo bueno que aportó a Cuba. No hay pueblo más culto que el pueblo cubano y eso también tiene un valor que no podemos olvidar. Lamento mucho que también los cubanos tengan que pagar el precio de su libertad individual pero no aceptaré jamás el "desinteresado" amor que profesan a Cuba los anticastristas en general, ya que solo buscan poder volver a Cuba para volver a abrir los casinos y los puticlubs que tanto dinero dieron a unos cuantos y tanta miseria causaron en el pueblo.

En fin, no sé, qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000, jajaja. No hay nada que sea totalmente blanco o totalmente negro. Todos los sistemas tienen grietas, por buenos que sean, pero la peor de las grietas es que alguien, sea de la condición e ideología que sea, se perpetúe en el poder. Porque no es solo que evita que otros ciudadanos puedan formarse y asumir la responsabilidad de gobernar, es que además, por buenas intenciones que tengan estos sucedaneos de reyes, acaban endiosándose y creyendo que sin ellos el país no podrá seguir adelante. Eso en el mejor de los casos, claro. Luego están los dictadorcillos de tres al cuarto como la mayoría de los de los países africanos que, además, matan, violan, roban y cualquier barbaridad que podamos imaginar o no podamos por depravada. Aunque también debemos reconocer que en muchas ocasiones esos elementos están en el poder por conveniencia de potentes empresas de Occidente. En fin, que hay todavía tanto por hacer...