23/2/09

Homenaje a los republicanos del triste exilio
















Ayer estuve en Colliure. He estado antes en Colliure pero ayer fue muy especial. Y lo fue porque compartí la experiencia de homenajear a nuestro gran poeta Antonio Machado y recordar a nuestros exiliados republicanos con buena gente del barrio, con gentes que huyen de los focos que iluminan la fama pero que, día a día, van hilando una labor social que evita que mueran los buenos y malos recuerdos que todo ser humano debiera guardar en su memoria para seguir luchando por la dignidad de todos los hombres y mujeres del planeta.
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Primero estuvimos en el cementerio, frente a la tumba de Antonio Machado, el viejo profesor que se convirtió, pese a él mismo, en el gran símbolo de quienes respetamos el saber por encima del tener, la sencillez por encima de la petulancia y la capacidad de amar y respetar a sus semejantes por encima de la mezquindad y la sordidez que le empujó al exilio en el que murió a los tres días de llegar.
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Tuve el privilegio de abrir la lectura de fragmentos de su obra con el gran poema autobiográfico RETRATO.
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Otros compañeros y compañeras leyeron otros poemas del maestro, como Amparo, que es una mujer luchadora e incansable y alma de la organización de estos viajes. Y nuestro querido Paco Ibáñez, que no falta nunca a la cita, nos cantó los Proverbios y Cantares.
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Fue todo un lujo para los sentidos y los sentimientos.
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Y antes de dejar Colliure, nos dirigimos a la gran playa de Argèles, donde tantos exiliados, entre ellos Antonio y Asunción, grandes amigos de mi familia que sufrieron todo tipo de penurias, fueron arrojados un 22 de febrero del 39, teniendo que horadar agujeros en la arena para sobrevivir al frío terrible que pude sentir en la tarde de ayer. Dicen los historiadores que aquél invierno fue todavía mucho más frío.
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Muy cerca de la playa, queda un monolito en recuerdo de los muchos exiliados que murieron en aquel campo de concentración, entre ellos setenta niños por los que hace diez años se plantó un roble que ya empieza a alcanzar altura y saluda con alegría a la bandera republicana que ondea al viento de la tramuntana, recordando la tragedia que tuvieron que pasar todos aquellos hombres, mujeres, niños y niñas que huyeron de una muerte segura y acabaron siendo víctimas de una cruel injusticia. Francia ya pidió perdón por ello y no guardamos rencor, pero sí guardamos la memoria de todas aquellas personas que estuvieron a punto de alcanzar un sueño con las puntas de los dedos y pagaron muy caro el intento.
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Por ellos, por el maestro Antonio Machado, por Paco Ibáñez que sigue siendo el trovador de los justos, por los compañeros con los que compartí la experiencia de ayer, incluído mi marido a quien tanto quiero, a todos brindo este homenaje a la cara justa, erudita, amable y sencilla de la humanidad. Y os invito a todos al posible viaje que nuestra querida Amparo intentará organizar para seguir los pasos de nuestro maestro Antonio Machado por los campos de Soria.

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5 comentarios:

Luis Llorente dijo...

Nunca dejaras de sorprenderme, seguramente lo sepas y no es por barrer para casa pero la primera persona que liberó Paris provenía de esas playas y era un compañero de UGT.

Julia dijo...

Hola amigo mío ¿sorprenderte por qué? ¿es que no sabes que me crecieron los dientes rodeada de exiliados republicanos y víctimas varias de la dictadura?

Pues ante un tema como este, me parece fantástico que barras para casa, ojalá todos los que barren para casa pudieran hacerlo con hechos tan nobles como este.

Las primeras noticias que tuve de Argèles fueron por los amigos de mis padres que menciono, Antonio y Asunción, luego, a principios de los setenta, conocí a muchas personas que también estuvieron allí. Unos eran de la CNT, otros socialistas, otros comunitas... Nunca me importó de dónde eran sino cómo eran. Escucharles contar sus peripecias era para mí como asistir a rigurosas clases de historia contemporánea. Y como la mayoría de los jóvenes huían de ellos porque les resultaba muy pesado "aguantar" sus "batallitas" y a mí me encantaba escucharles, pues siempre que me era posible me pasaba por ateneos, sindicatos o simples casinos de pueblo y preguntaba y preguntaba hasta que lograba que me contaran sus pequeñas grandes historias.

Luis Llorente dijo...

No se esto me da cosas raras, si no te ha llegado el comentario me lo dices, que tontería si no te ha llegado no lo cuelgas, bueno vamos a dejarlo que ando espeso

Nerim dijo...

Y yo ese domingo estaba en la festa del enderroc del viaducte, al lado de MaryLou y atisbando por los cuatro costados a ver si te veía.
Yo también crecí rodeada de exiliados republicanos y victimas varias de la dictadura, empezando por mi aita.


Julia,tienes un premio a la actitud en mi blog, está en la sidebar.
Solo tienes que copiar la imagen y premiar si quieres a otros blogs.

Un abrazo

Julia dijo...

Ostres Nerim, qué lástima. Mira que coincidir que no estoy cuando tú estás. A ver si otro día hay más suerte y nos encontramos por fin.