(Joaquín Sabina)
que te conté,
detrás de una gasolinera
donde llené,
te hacen un guiño unas bombillas
azules, rojas y amarillas,
pórtate bien y frena,
y si la Magdalena
pide un trago,
tú la invitas a cien
que yo los pago.
Acércate a su puerta y llama
si te mueres de sed,
si ya no juegas a las damas
ni con tu mujer.
Solo te pido que me escribas,
contándome si sigue viva
la virgen del pecado,
la novia de la flor de la saliva,
el sexo con amor de los casados,
dueña de un corazón
tan cinco estrellas,
que hasta el hijo de un Dios,
una vez que la vio,
se fue con ella,
y nunca le cobró
la Magdalena.
Si estás más solo que la luna
déjate convencer,
brindando a mi salud con una
que yo me sé.
Y cuando suban las bebidas
el doble de lo que te pida,
dale por sus favores
que en casa de María de Magdala,
las malas compañías son las mejores.
Si llevas grasa en la guantera
y un alma que perder,
aparca junto a sus caderas
de leche y miel.
Entre dos curvas redentoras
la más prohibida de las frutas
te espera hasta la aurora,
la más señora de todas las putas,
la más puta de todas las señoras,
con ese corazón
tan cinco estrellas,
que hasta el hijo de un Dios
una vez que la vio, se fue con ella,
y nunca le cobró
la Magdalena
1 comentario:
Este Sabina auténtico siempre ...
Espero que estés muy bien ...
Un beso
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