Atardecer frente al Bósforo y detalle del Grand Bazaar
Dijo el guia dos cosas que llamaron mi atención. Bueno, dijo muchas que llamaron mi atención porque, no sé si con mucha rigurosidad o no pero lo cierto es que sus explicaciones sobre las luchas entre las diferentes civilizaciones en Anatolia resultaron apasionantes. Sin embargo, recuerdo esas dos como singulares, una en positivo y otra en negativo, como todo en la vida. La negativa (empezaremos por lo malo para acabar con buen sabor de boca) es: "Vivo en una ciudad de dieciseis millones de habitantes. Nadie se va a preocupar por mi, ¿por qué voy yo a preocuparme por nadie?". La segunda es que, al parecer, hay un poeta turco enamorado apasionadamente de su ciudad que dice que lo mejor de viajar es volver a Estambul.
Pescador simpático en el puente de Gálata
Estambul es caos, es pasión, es el lujo más ostentoso frente a la miseria más desesperante. Como dice el guía, nadie mira por nadie. "Aquí somos todos supervivientes."
Pero a pesar de todos sus extremos, Estambul es preciosa. Una enorme, desenfrenada y hermosa ciudad en la que la vida se abre paso sin miramientos.
La he conocido muy por encima porque hace falta mucho tiempo para conocerla a fondo, pero creo haber sentido su respiración con todos sus aromas y sus malos alientos. En toda su grandeza y sus miserias. Una ciudad contradictoria donde las haya. Oficialmente es laica y sin embargo cuenta con dos mil mezquitas. Sus habitantes persiguen la modernidad y sin embargo las voces profundas arrancan las primeras notas de las cinco del día a las cinco de la mañana y se esparcen por toda la ciudad, filtrándose por las ventanas rotas de las casas viejas en los barrios míseros y por las de los hoteles de lujo. Puede que no todos recen, pero a todos nos envuelve el misticismo de los bellos cantos que esparcen los innumerables minaretes por toda la ciudad.
Mientras paseaba despreocupadamente por sus calles, observando hasta el último detalle, su voz ronca y antigua me susurraba al oído "quédate un poco más." Así que... volveré a Estambul.
Otro día, con más tiempo, os hablaré de Capadoccia. Porque Capadoccia no es bella o cualquier otro adjetivo con que la quieras definir. Capadoccia es... otra cosa. Algo totalmente distinto a lo que pueda haberse visto antes. Es... ¡es una pasada! Hay que ir para verla de cerca y acariciar sus piedras milenarias de formas caprichosas. Pero eso será... otro día...
6 comentarios:
Empezando por mi hijo y siguiendo por mis amigos, me han puesto los dientes largos contandome cosas de Estambul. Solo faltabas tu para aquello de "más leña", ardiendo de deseos estoy, pero desgraciadamente tendré que esperar, pues no son buenos tiempos para mi, soy lo que se dice ahora una persona "economicamente debil".
No sé yo si las espinacas podrían fortalecerme, tú que crees?.
Me ha encantado tu post y las fotos.
Un beso
Buenas fotos y bienvenida viajera inpenitente.
Petonets y abracadas.
¡Hola Nerim!
Jajaja... mujer, no sé, a Popeye le iba muy bien con las espinacas. Más rica no te harán pero tienen hierro, vitaminas y todavía no son tan caras como la carne. Además, a la catalana están muy buenas ¿no?
Pues sí Nerim, tienes que ir a Estambul. Bueno, tampoco sale tan caro. Si buscas ofertas en temporada baja puedes encontrar precios bastante asequibles. Y si no eres como esos que van por el mundo viajando barato con aires de viajar caro y encontrándole peros a todo, pues te lo puedes pasar requetebien. Nosotros hemos cogido un viaje de esos baratillos y como nos conformamos con que nos traten bien y poder conocer lugares y gente interesante, pues nos ha salido la mar de bien. Había algunos del grupo que incordiaben (en Estambul fuimos a nuestro aire pero a Capadoccia fuimos en circuito organizado) y al final les dije, oigan, ¿por qué no se van ustedes a Ginebra? Vienen aquí porque les sale barato y pretenden que les den un servicio de primera clase. Se enfadaron un poco pero bueno, allá ellos...
Un beso
Hola Luis, amigo, qué tal.
Ya ves, todo lo bueno se acaba. Pero eso sí, volveré. Más pronto que tarde, volveré.
Petonets i abraçades per a tu també.
Soy de buen conformar y mi único objetivo al viajar es recorrer las ciudades y conocerlas bien.
El problema es de mi media naranja, que le cuesta arrancar, es que cuando lo sacas de su casa y de su "laboratorio".... y claro así es dificil que coincidan el "quiero" y el "puedo".
Siempre digo que en mi proxima vida, seré una "profesional independiente".
Un beso
Puñetera envidia cochima....
Me n'alegro per tu, però sento enveja, coi, jo vull, mamaaaaaaaaaaaa, la Júlia hi ha anat i jo no!!!!!
jejejeje, bentornada ja???
Petonets!
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