29/10/08

Otra vez la guerra

Otra vez la guerra, otra vez las infancias rotas ¿o no es más que la continuación de una pesadilla que dura ya demasiado?


Lo cierto es que se trata de una guerra que nunca cesó, solo que los felices ciudadanos de este lado del planeta somos conscientes de ello cuando la vemos en las noticas, en las películas y en obras literarias que, mira si somos contradictorios que está muy bien que se escriban esos libros y se hagan esas películas pero al final la denuncia sirve para que nos lamentemos un rato, lo que dura el camino de la butaca del cine al asiento del bar en el que nos espera una buena cerveza fría, y para que quienes venden el producto ganen un buen dinero narrando miserias ajenas. ¿Hay que seguir haciendo esas películas y escribiendo esos libros a pesar de todo? ¡Por supuesto que sí! Al fin y al cabo ese material y las noticias que esporádicamente aparecen en la prensa, son lo único que nos estremece de vez en cuando. Y hay que estremecerse. Es necesario que algo o alguien nos zarandee de vez en cuando, nos haga derramar algunas lágrimas y nos haga sentir la necesidad de que se pare todo ese horror, aunque luego nos tomemos la cerveza porque ¿qué otra cosa podemos hacer? De lo contrario, si nos acostumbramos a aceptar todo lo que ocurre sin siquiera estremecernos, no serán solo ellos las víctimas, también lo seremos nosotros por deshumanizarnos y perder lo único de bueno que podemos dejar a nuestros hijos: los buenos sentimientos.


Y mientras tanto, mientras miles de mujeres van pariendo por los caminos sin que nadie se pare a esperar por ellas, mientras miles de niños y niñas son vilipendiados, violados, prostituidos, utilizados para la guerra a fin de cuentas, mientras miles de familias huyen sin esperanza perdiendo algo a cada paso hasta llegar a la ruina total que es el desarraigo y la miseria, mientras miles de madres se desgarran por dentro al ver a sus hijos asesinados o convertidos en asesinos, mientras todo eso ocurre porque hay intereses oscuros de poderosos sin escrúpulos a quienes interesa todo ese desorden porque con ello se aseguran que no pare el tráfico obsceno que les llena las cuentas que ocultan en súcios paraisos fiscales, el papa, mira por donde, tiene otras preocupaciones: gastarse 100.000 euros (¿que al parecer pagarán los ciudadanos alemanes?) en un guateque para su hermanísimo. Ay, Dios mío, ¿que ha sido de tus enseñanzas?, ¿qué ha sido de aquello que decía que es más difícil que entre un rico en el cielo que un camello por el ojo de una aguja? ¿se han agrandando los ojos de las agujas, han enflaquecido los camellos, no era todo más que una leyenda urbana, o es que el dicho era para que los pobres nos conformáramos con ser pobres mientras Tú les guardabas una parcelita en el cielo a los ricos?

2 comentarios:

Luis Llorente dijo...

Siempre la guerra Julia estado natural en el que el hombre se mueve y algunos viven, no importa que veamos familias rotas, imágenes dolorosas, ayer noche dejaba la agrupación y cuando iba para casa lloviznando, me paro un chaval que me indico que era africano de Senegal y que quería volver a su país, me solicitaba ayuda para salir de Madrid, que no tenía papeles, hable con él un poco de tiempo y al final se fue y me dejo con un amargor de boca, jodido y pensando por que la vida es como es.

Julia dijo...

Joder Luis, qué situación tan dura tocar con tus propias manos la desesperación de otros. Sí, es muy cruel la vida para mucha gente, por eso cuando oigo lamentarse a personas que tienen todo cuanto necesitan para ser felices pero que son incapaces de apreciarlo y quiren poseer más y más y más... me pone enferma. Pero bueno, yo sé que tú eres una buena persona, aunque también sé por experiencia propia que es muy amargo ver la miseria y pasar de largo. Verás, el otro día estuve en un seminario en la sede de Barcelona Solidaria. El tema era la directiva de la Cooperación Internacional y había representantes de diversas ONG's que ayudan a colectivos humanos de otras partes del planeta, que por supuesto es no solo necesario sino incluso imprescindible, pero fíjate que irónica es la vida: en la puerta del local había tres indigentes envueltos en mantas y mugre (hacía bastante frío). Montamos cuatro grupos para debatir la directiva en cuestión y nos presentamos entre nosotros. Entonces (ya sé que soy borde por naturaleza pero no pude evitarlo) pregunté ¿Hay alguien que represente a los pobres que hay en la puerta? Sonrisas tímidas y movimientos de culos en las sillas que denotaron incomodidad y molestia "Es broma" me apresuré a decir y cambiamos de tema. Y es que es así la vida. Hablamos de las miserias humanas y se nos llena el corazón de buenos sentimientos, pero cuando tenemos la miseria rozándonos el cuerpo y echándonos su trágico aliento a la cara, no sabemos qué hacer. Nos invade una sensación de impotencia y amargura...

Bueno, tío... un abrazo, amigo.