16/1/11

"No te desanimes, tú tienes la razón..."


En la soledad del parque en invierno, apenas rozando el suelo con los pies cansados, Raimundo camina hacia un destino incierto. ¿Qué pasó?, se pregunta en un susurro amargo, ¿cómo pude volver a equivocarme? Le asaltan los recuerdos de un pasado que creyó haber podido olvidar para siempre. Tanto sufrimiento que por momentos creyó no ser capaz de resistir. El dolor de la tortura y la ofensa, sobre todo la ofensa, que le obligó a sentirse tan vulnerable ante aquellos verdugos insaciables de sangre y de insulto. La muerte de su padre que lo hundió en el dolor de saber que murió justo un año antes que el dictador. El brindis con los compañeros tuvo sabor a frustración, por no ser capaz de resucitarle aunque solo fuese por unos minutos, para que supiera que por fin todo acabó. Y él creyó que todo valió la pena, hasta que la realidad le dio un empujón en la espalda que le hizo estrellarse contra un muro impasible en el que se encontró cara a cara con una inscripción: "Nada cambiará, siguen mandando los mismos." Fue un golpe duro de sobrellevar. Demasiados sacrificios para tan poca cosa. Con el tiempo sus heridas fueron cicatrizando y poco a poco volvió a creer y a confiar en que había un futuro por el que luchar. Volvió a vestir su traje de esperanza y recuperó la sonrisa. Cogió la hazada y se dispuso a volver a sembrar. Su padre lo hizo por él, él tenía que hacerlo también por sus hijos. Y... de pronto... cuando más involucrado estaba, el muro volvió a alzarse y le cortó el camino. La rabia volvió a golpearlo en la espalda tan fuerte que se le volvió a partir el alma por las mismas heridas que tanto le costó cicatrizar. Esta vez no quiso leer el mensaje del muro, su corazón estaba ya demasiado débil para soportar más sufrimiento. Simplemente bajó la mirada al suelo, se dio la vuelta y se alejó muy despacio...

La inscripción del muro decía: "No te desanimes. Es cierto que siguen mandando los mismos, pero tú sigues teniendo la razón. Por más poder que alcancen, ellos nunca la tendrán."
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1 comentario:

Francisco Espada dijo...

No basta con tener la razón, porque no son los mismos quienes mandan: hemos dejado morir el tiempo de la política e inaugurado el de los especuladores, los apátridas del dinero.