23/4/09

LOS LIBROS


Me encantan los libros. Y cuando digo que me encantan, es lo que quiero decir, que me encantan, de encantamiento, de hechizo, de alteración de la conciencia. Desde muy pequeña siempre vi el libro como un objeto del que emanaba la mágia. Luego me fui dando cuenta de que no todas las mágias eran buenas porque hay por ahí algunos bodrios a los que debiera estar prohibido llamarles libros, pero de esos no hablo porque no merece la pena. Yo hablo de los libros de verdad, de historias interminables que te transportan a otros mundos y te hacen sentir dolor, alegría, tristeza, ilusión, esperanza, indignación, frío, calor, deseo. La pasión de vivir en definitiva. Libros en los que se mueven personajes que desearías poder abrazar o matar, personajes que a veces te revuelven las entrañas y pueden llegar a hacer que te replantees tu propia actitud ante la vida. Esos personajes de los que a veces llegas a sentir su aliento en tu nuca, que su presencia roza tus sentidos como si estuvieran a tu lado. Qué hermosas experiencias te ofrecen algunos de esos personajes. Cuanto desearías poder tocarlos y consolarlos cuando sufren o apartarlos de un manotazo cuando hieren a alguien.

Me encantan tanto los libros que a veces he tenido experiencias casi esotéricas, como una vez que me pareció haber perdido el mundo de vista y encontrarme en una dimensión desconocida. Iba en el metro leyendo "Mujeres de ojos grandes" de Ángeles Mastreta (recomendable a todas las mujeres y hombres sensibles) y me adentré tanto en el mundo que describía que no me di cuenta de que había llegado al final de línea. De pronto noto un silencio total y las luces del vagón que se apagan. Alcé la vista y no podía ver nada porque fuera del vagón no había vida, solo una tenue luz de seguridad que apenas iluminaba la nada que, como en "La historia interminable" parecía comerse a la realidad. Se abrieron las puertas y salí rauda y veloz del vagón, a mis pies no había más que una estrecha pasarela de hierro agujereado. No recuerdo si pensé ¿dónde estoy? o simplemente me quedé allí atónita sin saber siquiera qué pensar. Entonces, del primer vagón salió un hombre que me hizo señas que interpreté como ¿y tú qué haces aquí? Le dije primero con un hilo de voz pero después irguiéndome y haciéndome la segura, Pues que me he pasado de parada. ¿De parada? dijo él riendo ya bastante más cerca. Te has pasado del todo, no de parada. Y ahora ¿qué hago?, le pregunté. Pues puedes hacer lo que quieras pero yo de ti volvería a entrar porque ahora volvemos a la parada. Gracias, le contesté al tiempo que pensaba, qué graciosillo el gilipollas.


Recuerdo que el primer libro serio que leí fue Al Este del Edén de John Steinbeck. Yo debía tener unos trece años y me impactaron todos los personajes, especialmente Cathy Adams y el filósofo criado chino. Estaba acostumbrada a leer las típicas y tópicas lecturas infantiles y juveniles y aquél primer libro serio me emocionó de verdad y me abrió los ojos a la realidad. También recuerdo las novelas de Julio Verne que eran muy divertidas y con especial cariño Moby Dick de Herman Merville, con aquellos personajes tan peculiares, como el misterioso hombre tatuado (ahora es mi hijo el que se tatua y a veces nos discutimos por ello, jejeje...). Muchos han sido los libros que han pasado por mis manos aunque hubiera deseado ser capaz de que fueran muchos más. Espero seguir viviendo el tiempo suficiente para leer todo lo que tengo pendiente, o lo mejor de ello por lo menos.


Digan lo que digan sobre el pasado, presente y futuro de los libros, yo seguiré adorándolos como esos objetos mágicos de los que puede emanar lo mejor del pensamiento humano. Ahora recuerdo también "El nombre de la rosa", aquella deria de los monjes de ocultar la sabiduría para que no la alcanzaran los hombres y mujeres a los que pretendían mantener en la más absoluta oscuridad para dominarlos. Por todo ello, yo sigo regalando libros a mi hijo cada Sant Jordi aunque no los lea. Tengo la esperanza de que un día se levantará, los mirará y dirá, Bueno, voy a echar una ojeada a una de estas cosas a ver qué pasa. Y estoy segura de que en cuanto sea capaz de leer el primero, ya no podrá parar y los leerá todos. Eso espero. Este año le regalo "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini y estoy segura de que cuando se decida a leerlo me lo agradecerá. De hecho ya me lo ha agradecido con un beso, pero cuando lo lea me lo agradecerá con el alma.


Espero que todos y todas viváis este Sant Jordi con alegría y que recibáis en forma de rosas y libros las muestras de cariño que que os merecéis.

7 comentarios:

azul dijo...

Hola Julia

Leer un libro es como deshojar una flor y descubrir en cada hoja tantas cosas...


A mi me encantó La historia interminable ,tanto que cada noche en la cama se la leí a mi marido, eso lo hicimos con más libros...un agradable recuerdo

En el 2005 me regalaron Al este del Eden y me gusto muchisimo...bueno todo lo que son historias de generaciones familiares me suele gustar

Y no he leido pero si he visto la pelicula Cometas en el cielo y está muy bien

A mi ya me han regalado hoy dos libros ...los dos de la serie de tanto exito Millennium, osea Los hombres que no amaban a las mujeres y el segundo La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina ...

Luego me falta la rosa jeje

Y a mi marido le he regalado tambien dos de P.K.Dick y Michael Crichton ..de ciencia ficción que es lo que le gusta ...

Lo importante es no parar de leer y abrir horizontes

Igual me he extendido mucho ...lo siento ....un saludo

Luis Llorente dijo...

Que tengas las casas llenas de rosas. Un beso.

Nerim dijo...

¡ah! la magia de los libros. En esa magia me sumergí cuando siendo apenas una niña mi aita me regaló la vuelta al mundo en 80 días. Que de aventuras viví y cuantos paisajes exóticos dibujé en mi mente.
Luego, con 15-16 años leí, Ana Karenina, que por cierto, una monja me cogió leyendo el libro y la muy guarra me lo quemó delante de mis ojos. Lectura que pude reanudar cuando ya tenia 18 años.Lo compré en una librería de Caracas, no sabes como disfruté volviendo a leer el libro.

Tengo pendiente de leer Cometas en el cielo, me lo prestó MaryLou pero todavía no lo he empezado.

Ojalá y un día, tu hijo se levante con ganas de leer y venga, te de un beso, y te diga, "gracias por insistir en que leyera".

Feliz día de Sant Jordi. Un beso

azul dijo...

Dios mio !!!Quemar un libro !!!

Julia dijo...

Hola a todos y muchas gracias por vuestros mensajes. Azul, no te cortes ni un pelo, soy yo la primera que me extiendo cada dos por tres pero es que me encantan las tertulias y, aunque las preferiría en persona, estas virtuales tampoco están nada mal, así que ya sabes, entra siempre que quieras y ten plena seguridad que siempre serás bien recibida.

Luis, tú tiempre tan encantador. Yo también te deseo que te regalen muchos libros, o al menos uno que te haga vibrar. Y si nadie lo hace, no te cortes, te lo regalas tú y a disfrutarlo. Al fin y al cabo ¿quién va a saber qué te gustaría leer mejor que tú mismo?

Nerim, ten por seguro que has sacado tú mucho más provecho por haber leido Ana Karenina (yo lo leí siendo muy joven y me converti en una feminista sin por entonces saberlo) que la pobre monja quemándolo, porque como dice Azul, Quemar un libro, qué horror. Ya lo dijo Stefan Zweig cuando justo antes de que el nazismo destrozara toda dignidad humana en Alemania y alrededores: Se empieza quemando libros y se acaba quemando hombres. (hoy diríamos hombres y mujeres pero Stefan lo escribió allá por los treinta y entonces decir hombres quería decir humanidad.

Un abrazo a todas y todos, me siento muy honrada y contenta por tener vuestra amistad.

MaryLou dijo...

Me ha hecho gracia que le compres a tu hijo un libro cada año y no se lo lea. Es lo mismo que hago yo desde hace 29 años que tiene el angelico, y el caso es que me los agradece un montón y lo espera cada año!! pero no los lee. Pa morirse! Mi hija en cambio lee todo lo que le cae en sus manos.
Qué vamos a hacer!!! ellos se lo pierden.
Besos

Runaway dijo...

Yo ahora estoy leyendo Las Uvas de la Ira, del mismo autor. Había visto la película hace años (y de la que Bruce Springsteen se inspiró para componer algunas de sus canciones) pero no había leido la novela. La ví en FNAC de Oviedo en edición de bolsillo a buen precio y pillé un ejemplar.

Ya no tengo más lecturas pendientes, a no ser que pida prestado en la biblioteca municipal o, como tengo previsto, ir a la la feria del libro de Oviedo que empezó ayer, y hacerme por lo menos con media docena mínimo.

Sabia decisión la tuya de regalar libros a los hijos en vez de la Play o la Wii. Como dice Obama, la educación, la cultura y el aprendizaje son la base para el progreso y el futuro. Sin embargo, en éste aspecto soy pesimista, al ver lo que veo en la calle y a mi alrededor.