¡¡Ahí va mi despedida!!

De acuerdo, de acuerdo, no es la manera más educada de tratar al presidente de los Estados Unidos de América.... jajajajaja (perdón, se me escapa la risa), pero a qué mola mogollón, jajajaja.

Por mi parte desde luego, estoy dispuesta a participar en cuantas campañas se realicen por defender a este hombre, Mountazer al-Zaïdi. Aunque solo sea por el buen rato que me hizo pasar, jajajaja...

¿Se merecía menos acaso ese cabroncete? Ese miserable que (yo no le llamaré perro porque ni soy musulmana ni estoy en contra de los perros) ahora va y se pasea impunemente, poniendo cara de good boy y diciendo que, ná, que fue un errorcillo de nada creer que Irak tenía armas de destrucción masiva. ¿Hay o no hay para tirarle los zapatos por la cabeza? Y no me tiréis de la lengua porque otra cosa le tiraría yo. ¿Cómo se puede ser tan ignominiosamente cínico? O sea que tú vas, ves que el vecino tiene algo que te interesa (petróleo) y, en nombre de la paz mundial, le destrozas la casa a bombazos, asesinas impunemente a gran parte de su familia y al final, cuando ya tienes lo que querías porque los pozos de petróleo han pasado a manos de los petroleros que te pagaron la campaña electoral, cuando tienes a todos tus patrocinadores contentos porque encima se van a hacer más multimillonarios todavía con la reconstrucción de todo lo que tú has roto, antes de irte de tu trono te presentas por sorpresa en casa de tu vecino, o lo que queda de ella, y admites con toda la desfachatez y el cinismo de que eres capaz, que simplemente te equivocaste pero que ahora el mundo es más seguro que antes. ¿Más seguro para quien cabronazo? ¿Lo véis?, no puedo seguir. No puedo seguir porque si dijera todo lo que siento de ese personajillo y de todos los que lo encumbraron en el poder, posiblemente saldría alguien que me acusaría de apología del terrorismo. Así que voy a dejarlo aquí, aunque eso sí, no puedo evitar agradecer a ese periodista que durante un efímero momento me hiciera disfrutar tanto.